Los dos pequeños reductos socialistas que perduran (de milagro) en Madrid

El Partido Popular bajo el timón de Isabel Díez Ayuso ha arrasado Madrid. En la capital, en las afueras, en el norte, en el sur o a los extremos. Un océano azul salpicado, sin embargo, por dos pequeñas motas rojas. Así, El Atazar y Fuentidueña del Tajo han sido los dos únicos reductos en los que el PSOE ha logrado imponerse en toda la comunidad.

Y es que tampoco lo ha logrado de forma apabullante. De hecho, en el segundo de ellos, que es mayor, el PSOE ha sufrido una fuerte pérdida de confianza. Así, en Fuentidueña de Tajo pese a su victoria los socialistas perdieron hasta 255 votos respecto de los 665 obtenidos en 2019. Por su parte, la mayor subida la ha obtenido el PP con un incremento de 188 votos hasta los 370, ligeramente inferior a los 410 obtenidos por los populares.

La diferencia todavía ha sido más estrecha en el caso de El Atazar. También ayudado porque el número de habitante es mucho menor. En concreto, el PSOE solo logró 4 votos más que el PP, un resultado de 22 a 18, y de nuevo con una pérdida de confianza. De hecho, hace dos años obtuvo 24 votos, dos más, mientras que la formación de derechas se ha sumado cuatro. Unas cifras que en el global apenas tienen importancia, pero que denotan la noche terrible que han sufrido los socialistas.

EN GALAPAGAR NADIE QUIERE A IGLESIAS

El resumen del mapa político de Madrid entre los municipios deja otra extraña curiosidad y, es que, Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, no ha hecho buenas migas con sus vecinos. Así, loa resultados en Galapagar reflejan que la fuerza morada apenas obtuvo poco más de 1.000 votos y quedó relegado a la quinta posición. Por detrás, incluso de Vox.

Así, la firma que lidera en la comunidad Rocío Monasterio obtuvo hasta 1.816 votos, lo que supone doblar a Iglesias. Aun así, el mejor resultado, al margen del PP que prácticamente ha ganado en todos los municipios de la comunidad, la ha obtenido Mas Madrid que se ha colocado como segunda fuerza. Además, con una ganancia de votos muy fuerte. Al final, el que se tenía que haber mudado era Íñigo Errejon y no Pablo Iglesias.