Isabel Díaz Ayuso insiste en que las empresas compren vacunas por libre para los empleados

Una vez más, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ve cómo una decisión que tomó hace tiempo y que fue rechazada por el Gobierno toma forma. El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, está a por uvas. La dirigente de la Comunidad de Madrid propuso hace tiempo que las mutuas y las empresas pudieran vacunar por libre para descargar el sistema público y así acelerar el proceso de inmunización de rebaño. Sánchez se negó, pero ahora parece que el Ejecutivo empieza a ceder en parte de este planteamiento. Los socialistas dejarán que las mutuas y las empresas administren vacunas, pero no que las compren. Ayuso insiste en que sería bueno dejarles tirar de chequera y autoabastecerse en el mercado internacional. Pero el Gobierno se niega. Dejémosles unos días para que vuelvan a ceder a los planteamientos de Ayuso.

Si en Estados Unidos el proceso de vacunación está mucho más avanzado es porque en cierto modo se pueden comprar dosis directamente en los supermercados. No es la situación de España, pero permitir a las empresas moverse por libre para vacunar a los suyos no es una mala opción si se quiere acelerar el ritmo. El problema de Sánchez es político, ya que sería ceder una vez más a los planteamientos de Ayuso que tanto ha criticado. El Gobierno, al menos, ha cedido en parte en asuntos de gestión y permitirá que las empresas y las mutuas inoculen las dosis a los suyos. Sin embargo, se niega a que las empresas puedan comprar las dosis por su cuenta escapándose a los controles estatales. Quizás tienen miedo de que la gestión privada sea más eficiente y mejor que la del propio Sánchez.

El ritmo de vacunación ha tomado velocidad de crucero, pero sigue siendo insuficiente para salvar el verano. Es cierto que los contagios ya son bastante menos y que las muertes se han reducido. Las curvas ya no son salvajes, ahora son mesetas que se aplacan gracias a las vacunas. El problema es que Sánchez se niega a una medida que facilitaría mucho acelerar el proceso y llevar a que este verano el 70% de la población española esté completamente inmunizada. Si las empresas se encargan de los suyos, el ritmo se aceleraría; algo que Ayuso tiene completamente claro.

Aún así, los números acechan al presidente y esto le ha obligado a ceder en parte. Ya poco le importa a los progresistas haberse negado en su momento a las propuestas de Ayuso o someterse al criterio de los populares. Ahora se trata de no hundir más la economía y permitir abrir el país con las vacunas y la inmunización. De momento se cede a que la gestión de la vacunación la lleven partes privadas, no solo los enfermeros y enfermeras de lo público. Ahora se reclama que les dejen comprarlas por su cuenta, pero de momento Sánchez está haciendo lo que mejor sabe: negarse de primeras.

las empresas pagaron a sus empleados test de antígenos para saber quiénes están contagiados

Al principio, con los test, las empresas accedieron a formas de localizar contagios. Muchos empresarios pagaron a sus empleados test de antígenos para saber quiénes están contagiados y quiénes no de entre sus trabajadores. En otros países las empresas han asumido las competencias estatales para descargar las labores de los gobiernos y conseguir ser más eficientes en el control de la pandemia del coronavirus. Ahora se pide algo razonable que Ayuso se pelea por permitir, el problema es que el Gobierno está convencido (y sometido a la UE) de que las vacunas solo se pueden comprar por la vía oficial.

Ayuso clama por la colaboración público privada y por permitir más capacidad de maniobra a la sociedad civil a la hora de buscarse la vida para la inmunización. Una empresa con todos vacunados es una compañía que no tiene riesgo de parar su producción por un brote interno. A todos les conviene, incluido al Gobierno. Pero Sánchez insiste en no permitir que las compañías puedan acceder al mercado internacional y a las farmacéuticas para comprar las dosis por su cuenta y riesgo. Desde el PSOE consideran que sería un caos y que se escaparía al control del Ejecutivo el proceso de inmunización.

EL OBJETIVO DEL GOBIERNO

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, avanzó a principios de abril que hasta 33 millones de españoles estarán totalmente vacunados contra la COVID-19, con la pauta completa, a finales de agosto, logrando que el 70 por ciento de la población esté inmunizada.

En rueda de prensa del primer martes del mes pasado, tras el Consejo de Ministros, Sánchez anunció una serie de «hitos» sobre la vacunación dentro del «escenario más prudente y conservador». En concreto, detalló que durante la próxima semana «serán más las personas vacunadas con pauta completa que el número notificado de contagios».