La Comisión Europea ha desvelado este miércoles una estrategia con la que quiere mejorar la calidad del aire, el agua y los suelos de la UE y lograr una «contaminación cero» a mitad de siglo para, entre otras cosas, reducir a la mitad el número de muertes prematuras causadas por la contaminación atmosférica.
La hoja de ruta del Ejecutivo comunitario recoge una «visión integrada» para que en 2050 «la contaminación se haya reducido hasta niveles que dejen de ser perjudiciales para la salud humana y los ecosistemas naturales», así como «los pasos necesarios para conseguirlo», ha explicado la institución en un comunicado.
Según los datos de Bruselas, cada año se producen 400.000 muertes ligadas a la contaminación ambiental en la UE (entre ellas las causadas por el cáncer) así como 48.000 fallecimientos de enfermedad cardíaca isquémica. Además, se registran 6,5 millones de casos de alteraciones del sueño crónicas provocadas por la contaminación acústica.
Además, la Comisión Europea ha surbrayado que los efectos más perjudiciales de la contaminación «suelen registrarse en los grupos más vulnerables», en especial los menores de edad, las personas con problemas médicos, la población mayor y las personas con discapacidad.
«Si lo que queremos es proporcionar al planeta y a sus habitantes un entorno libre de sustancias tóxicas, tenemos que actuar ya», ha enfatizado el vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermas. Los esfuerzos de Europa para reconstruir una economía más limpia, justa y sostenible también deben contribuir a conseguir el objetivo de contaminación cero», ha añadido el holandés.
Así, Bruselas plantea una serie de objetivos intermedios para 2030 como mejorar la calidad del aire para reducir en un 55% el número de muertes prematuras causadas por la contaminación del aire y mejorar la calidad del agua reduciendo en un 50% los residuos y los desechos plásticos que se vierten al mar y en un 30% los microplásticos liberados en el medio ambiente.
Con respecto a la calidad del suelo, la estrategia del Ejecutivo comunitario pasa por reducir las pérdidas de nutrientes y el uso de plaguicidas químicos en un 50% al final de esta década.
Para conseguirlo, la estrategia anticipa una serie de medidas e iniciativas que se irán concretando en el futuro, como ajustar las normas europeas de calidad del aire a las últimas recomendaciones de la OMS o revisar las reglas sobre calidad del agua, incluidas las normativas sobre ríos y mares de la UE.
Bruselas también prevé modificar «prácticamente toda la legislación» europea en materia de residuos para adaptarla a los principios de economía limpia y circular, fomentar una «contaminación cero» procedente de la producción y el consumo.
La Comisión Europea también diseñará un cuadro de indicadores del rendimiento ecológico de las regiones del bloque y dictará normas para restringir la exportación de productos y residuos que provoquen efectos nocivos para «reducir la huella de contaminación exterior de la UE».
«Gracias al plan de acción hacia una contaminación cero, crearemos un entorno de vida saludable para los europeos, contribuiremos a una recuperación resiliente e impulsaremos la transición hacia una economía limpia, circular y climáticamente neutra», ha augurado el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkecivius.