El arca de chaqueteros de C’s no salva a Carballedo, quien enfila la salida de su consejería

María Eugenia Carballedo, consejera de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, se ha esforzado. No es fácil construir un arca en tiempo récord tras una inundación como la que se montó desde la moción de censura de Ciudadanos en Murcia y salvar a una buena parte de los dirigentes de la formación naranja que no querían dejar de vivir a costa de las arcas públicas. Aún así, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no se siente lo suficientemente a gusto con Carballedo, de quien, asegura, ha perdido toda la confianza. La consejera no renovará el cargo casi con toda seguridad a pesar de haber salvado a una buena cantidad de funcionarios naranjas que no sabrían ni por dónde empezar en la jungla del sector privado. El arca no ha sido mérito suficiente y la consejera está prácticamente con un pie fuera de la administración. Se centró tanto en llenar el arca de chaqueteros que se olvidó de construir un camarote para ella.

Las últimas informaciones de la Comunidad de Madrid apuntan a que Ayuso renovará en el cargo a la mayoría de los consejeros (incluida, por ejemplo, la exdirigente de Ciudadanos Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura) pero que aprovechará la transición para echar a quien no goza de su total confianza. Carballedo es una de ellas. No se ha ganado el apoyo de Ayuso tras estos dos años como consejera de Presidencia y mucho tiene que ver su gestión con todos los chaqueteros que acudieron a las colas del hambre de Ciudadanos para mendigar un salario público que no bajara de los 50.000 euros brutos al año. Ella les atendió y salvó a más de un Miguel Oliver, pero parece que no ha sido mérito suficiente como para mantenerse al frente de su puesto. Tanto trabajar en atender a las colas del hambre y ahora ella ha tenido que pedir ticket.

El PP tiene una especie de plan para desempleados que han tenido un perfil bajo durante su estancia en el partido

Aún así, no está todo perdido. El PP tiene una especie de plan para desempleados que han tenido un perfil bajo durante su estancia en el partido del que Carballedo se puede beneficiar. Hay algunos y algunas dirigentes populares (como la secretaria general del PP de Madrid, Ana Camíns) que llevan tiempo viviendo de los planes renove del partido y cobrando salarios a costa de la formación solo por salir en la foto. Carballedo podría apuntarse a uno de esos planes y acabar de senadora o de cualquier otro tipo de cargo que le reporte un salario decente para mantener su nivel de vida. Lo que importa es no tirar a la basura a los tuyos, no vayan a hablar más de la cuenta.

Camíns ya se ha apuntado al plan renove popular y ya todos dan por hecho que la secretaria general seguirá como senadora (mal que le pese dado que ella misma esperaba que le dieran una consejería como premio de consolación por su leal aparición en las fotos del partido). Carballedo espera que una de esas dos plazas de las que dispone el PP en el Senado tras sus resultados sea para ella, pero todo apunta a que en realidad será para el todavía consejero de Vivienda y exalcalde de Alcorcón, David Pérez.

Da rabia. José Luis Carreras, jefe de prensa de la Presidencia, y Carballedo han tenido unos meses muy intensos atendiendo las necesidades primarias de los dirigentes de Ciudadanos que se habían quedado desamparados tras la convocatoria electoral y el cese de los consejeros naranjas. Carreras, el emperador romano que decidía con su pulgar quién vivía y quién moría en estas colas de Ciudadanos, parece que se mantendrá en el cargo dado que depende directamente de Ayuso. Pero Carballedo no. Con esto, el miedo se ha apoderado de otros consejeros que saben que la presidenta de la Comunidad de Madrid no confía plenamente en ellos.

CARRERAS, EL REDENTOR

La tensión se mascaba en los pasillos de las consejerías que dependían de Ciudadanos y en las empresas públicas que dependían de ellos. Metro de Madrid es un cuadro con Miguel Oliver al frente y Cristina Sánchez Masa por detrás. Pero es que en el Canal Isabel II u otras áreas similares pasa exactamente lo mismo. Dejaron las carteras Ignacio Aguado (vicepresidente y Deportes), Ángel Garrido (Transportes), Manuel Giménez (Economía), Marta Rivera de la Cruz (Cultura), Eduardo Sicilia (Universidades) y Javier Luengo (Políticas Sociales). Pero no se habló de los pobres supervivientes de la administración pública que dejó detrás.

Algunos han sido indultados y otros se han escondido debajo de la mesa para sobrevivir. Otros directamente temen que el consejero o consejera de turno o la propia presidenta de la Comunidad de Madrid se entere de que su puesto existe y lo ponga a disposición de otra persona. Y más ahora que ha ganado las elecciones. Pero los más valientes han ido con el rabo entre las piernas a visitar a quien tiene la vara de mando para ver si resultan indultados o no. La foto viene a cuento porque es José Luis Carreras bajo el mando de Carballedo quien decidía quién vivía y quién moría. Ahora hay muchos que se fueron a Ciudadanos que quieren volver al PP y no saben cómo pedir perdón. Pero otros, como Javier García Vilumbrales, han sido capaces de dar el salto de defender la educación pública en la consejería de Enrique Ossorio a dar clases en una universidad privada de Valencia para reciclarse en el sector privado.

En este contexto, fuentes de la Comunidad aseguran que Carballedo hizo una buena labor, digamos, «humanitaria» para dejar con un salario público interesante a los jefes intermedios de la formación naranja. Pero no ha sido suficiente como para que mantenga su cargo. Muchas cenas y muchas cosas tienen que cambiar para que la consejera mantenga su puesto al frente de la Consejería de Presidencia.