Vuelven a abrir la investigación por la muerte de Helena Jubany en 2001

El Juzgado de Primera Instancia 2 de Sabadell (Barcelona) ha vuelto a abrir la investigación por la muerte de Helena Jubany en Sabadell (Barcelona) en 2001, y ha ordenado a la Policía Nacional que analice el ordenador de la víctima.

El auto, detalla que la familia Jubany ha explicado que en el ordenador hay un chat en el que ella explicó el primero de los mensajes anónimo que recibió antes de ser asesinada, dijo que pensó que la bebida que le enviaron podía estar envenenada.

Esta causa se archivó en 2005, y este mismo Juzgado la abrió en verano a petición de la familia, mientras que en marzo la Audiencia de Barcelona ordenó su archivo de nuevo al considerar que las nuevas diligencias que se proponían eran «inútiles» para avanzar en la investigación.

Ahora, el juez decide abrir el caso de nuevo después de que la familia, que ejerce la acusación particular, ha aportado nuevos indicios para investigar la causa, y la Fiscalía también se ha mostrado favorable a reabrir el caso y analizar el disco duro del ordenador, que «podría dirigir la investigación hacia una persona hasta ahora desconocida o al menos no identificada como tal».

El ordenador contiene una conversación en la que la víctima habla sobre un usuario desconocido que la acosaba: «Se dedica a perseguirme por los diferentes canales por donde estoy hablando con gente que conozco en persona, empieza a preguntar a la gente que me conoce cosas sobre mi, y el tío sabe mi currículum profesional de memoria. No sé ni cómo lo ha descubierto porque yo no se lo he contado y hay dos clientes de la biblioteca donde trabajo que hablan con él por el chat».

«Quiere saber cosas de mi y la verdad es que no me hace ninguna gracia», y explica a su interlocutor que duda entre dos personas que pueden haber entrado en el chat con su usuario.

En otro chat, Jubany explica cómo recibió el primer mensaje anónimo con una botella de horchata, que encontró en la puerta de casa con una nota: «Tiene que ser de alguien que me conoce bien, porque la horchata es mi debilidad. Te juro que no reconozco la letra».

Sobre cuando recibió la horchata, también explica que, al estar preocupada por el usuario desconocido del chat, pensó que quizás alguien quería hacerle daño.

«No te creas que estoy loca, pero incluso he pensado: ¿y si está envenenado?», y en el mismo mensaje explica que se bebió la horchata.

El juez explica que estos nuevos indicios no vinculan al antes investigado Santi Laiglesia, sino que suponen una «línea de investigación novedosa y desvinculada», y por ahora no le vuelve a imputar.