El presidente del Comité de Bioética de España, Federico Montalvo, ha asegurado que al elegir Pfizer como segunda dosis para las personas menores de 60 años vacunadas en primera dosis con AstraZeneca supone «primar la seguridad» y optar por el riesgo prácticamente ‘cero’. A su juicio, si se permitiera a las personas de ese colectivo de edad elegir AstraZeneca y se produjeran trombos, se daría «una situación de rechazo y de miedo hacia las vacunas» que evitaría alcanzar la inmunidad colectiva.
La Comisión de Salud Pública acordó este pasado martes administrar la segunda dosis con vacunas de ARNm (Pfizer) a las personas menores de 60 años que recibieron la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca.
En la reunión, las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad optaron por la pauta mixta o heteróloga en base a los estudios observacionales de otros países y los ensayos clínicos de Oxford y del Instituto de Salud Carlos III.
En declaraciones a Radio Euskadi, Montalvo ha asegurado que, con la decisión adoptada este pasado martes, se ha ido a «reducir al máximo los riesgos, teniendo en cuenta el tipo y el número de vacunas que se está recibiendo».
«AstraZeneca es una vacuna segura, pero en determinado tramo de edad parace que Pfizer y Moderna se muestran más seguras, incluso Janssen, y por eso, siendo el estudio muy serio, que acredita la intercambiabilidad, que es la hipótesis habitual en vacunas, es la decisión que prima la seguridad», ha dicho.
A su juicio, incluso el resultado «habla de una mayor eficacia, que no es lo relevante». «Lo relevante, para mí, es la seguridad», ha manifestado Montalvo.
TROMBOS
El presidente del Comité de Bioética de España ha manifestado que la segunda dosis de AstraZeneca «es segura» pero «porque, ante el riesgo de trombos por vacunas frente al riesgo de trombos por coronavirus, el beneficio supera los posibles daños».
«Pero, por debajo de 60, la intercambiabilidad con Pfizer parece que garantiza prácticamente que no haya trombos. Estamos hablando de riesgos de 4 por millón, pero si evitamos 4 por millón cuando es posible evitarlo, ¿por qué no lo vamos a evitar?», ha argumentado.
Montalvo ha asegurado que la posibilidad de recibir la segunda dosis de AstraZeneca «es una de las alternativas que se ha planteado en algún otro país, como Portugal». «De hecho, la estrategia la hemos valorado», ha añadido.
«En principio», se ha mostrado desfavorable, aunque «es una propuesta inteligente» sobre la que debe «seguir trabajando». «Se debe tener en cuenta el interés individual y el interés colectivo. Si dejamos a la persona elegir la vacuna y se producen esas trombosis, puede afectar al interés colectivo, puede suponer una situación de rechazo y de miedo hacia las vacunas», ha explicado.
Por ello, ha apostado por «ponderar lo que es el interés del individuo, para el que lo más seguro sería Pfizer, no siendo insegura una segunda dosis de AstraZeneca, pero lo más seguro parece que es Pfizer», pero también el interés colectivo, «que nos informa a favor de evitar efectos adversos que pueden provocar rechazo a las vacunas». Ese posible rechazo «afectaría a la estrategia» y a «alcanzar ese fin de tener la inmunidad colectiva».
Montalvo ha asegurado que en general, según los científicos, la intercambiabilidad de las vacunas, tanto de marca como de tipo, es «la regla general». Con el estudio de la Universidad Carlos III «se confirma dicha intercambiabilidad, que era la hipótesis casi segura, y además ver que la reactogenicidad era aceptable».
«La decisión, en principio es más segura, yendo casi a un riesgo ‘cero’ cuando, además, podemos disponer de vacunas y no afecta al ritmo y campaña de vacunación. Además, no estamos en un contexto de ola, sino en otro que parece que se acerca a una zona valle», ha señalado. A su juicio, se ha optado, en el actual contexto, por «ofrecer la vacuna más segura».