La familia de Heidi Paz solicitará a la Audiencia Provincial de Madrid la entrega del cuerpo para proceder a su incineración una vez concluido el juicio contra su homicida César Román, conocido como el ‘Rey de Cachopo’.
La solicitud se producirá después de que ayer un jurado popular declarase al empresario culpable de un delito de homicidio, con las agravantes de parentesco y razón de género, y otro de profanación de cadáver.
El torso de Heidi lleva tres años en el Instituto Anatómico de Madrid debido a que constituía una prueba en el juicio que se ha celebrado durante tres semanas. Ayer mismo, la presidenta de la Sección 26, Araceli Perdices, llevaba a cabo la disolución del jurado.
Ante ello, el abogado de la familia, Alexis Socias, solicitará a la Sala la devolución de parte del cadáver, ya que las partes seccionadas –extremidades y cabeza– no se han localizado.
Además, el letrado anunció ayer tras concluirse el veredicto que denunciaría a César Román por un delito de injurias en relación a sus manifestaciones en el juicio acerca de que habría recibido amenazas en prisión. En un juicio, un acusado puede mentir pero si incurre en un delito se le deduce testimonio, acarreando el delito de injurias hasta dos años de cárcel.
Los nueve miembros del jurado declararon probado que el torso hallado en la nave alquilada por el acusado en el distrito de Usera era el de Heidi Paz al coincidir el ADN mitocondrial con el perfil genético de su madre en un 99,999.
También dieron por probado que en el momento del crimen mantenían una relación sentimental, lo que agrava la pena a imponer, y que César Román era una persona celosa y posesiva, lo que supone un agravante de razón de género.
De igual modo, dan por probado que Heidi la noche del crimen acudió al piso de López Grass tras acudir a un cumpleaños con unos amigos y donde César acabó con su vida debido a que la mujer quería distanciarse de él.
El jurado sostiene que el homicida huyó a Zaragoza después de que la Policía hallara el tronco de su pareja, desconectando su móvil el 14 de agosto de 2019. Fue detenido dos meses después en el bar ‘Gerardo’ de Zaragoza, donde trabajaba con una identidad falsa y en el que su dueña le reconoció tras verle en un programa de televisión.