Detenidos una decena de activistas de Greenpeace cuando colocaban una mascarilla a la Cibeles

Una decena de activistas de la ONG Greenpeace han sido arrestados este sábado cuando llevaban a cabo una acción reivindicativa con motivo del Día del Medio Ambiente para colocar una mascarilla en la estatua de la diosa Cibeles, frente al Ayuntamiento de la capital.

Los activistas han entrado en la fuente madrileña con carteles en los que se podía leer ‘+ Verde -Gris’ o ‘Reinvent your city’ para reclamar ciudades más verdes y un plante más sano con motivo de la conmemoración este sábado del Día Mundial del Medio Ambiente.

Durante la acción, han accedido pacíficamente al perímetro de la fuente para cubrir la nariz y la boca de la escultura con una mascarilla antipolución. Al mismo tiempo, otro equipo de escalada ha ascendido a dos farolas próximas para desplegar una pancarta de más de 50 metros cuadrados con el lema ‘Ciudades Verdes, planeta sano’.

Ocho de los activistas han sido detenidos por resistencia y desobediencia a la autoridad, mientras que otros dos han sido arrestados tras haberse encaramado a una farola, según han informado fuentes policiales.

Con esta acción, Greenpeace pone el foco en la importancia de las ciudades para el cuidado del medio ambiente ya que albergan actualmente al 55% de la población mundial, generan más del 70% de las emisiones mundiales y usan más de dos tercios de la energía y recursos del planeta. Por ello, considera que su transformación es fundamental para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, especialmente en la actual situación de crisis sanitaria.

Según el estudio ‘Reverdecer las ciudades. Los espacios urbanos y su impacto en la salud y el bienestar sobre cómo las zonas verdes urbanas mejoran la salud de las personas y del planeta’, publicado por la ONG, las zonas verdes mejoran las condiciones microclimáticas de los entornos urbanos ya que son capaces de reducir la temperatura de sus alrededores varios grados centígrados, además de proporcionar sombra protegiendo de las radiaciones solares.

El informe –que se centra en los espacios verdes y públicos y su impacto en la salud, con especial atención a Bogotá, Madrid, Ciudad de México y Roma– añade que establecer vegetación urbana es uno de los métodos más prácticos para enfriar las ciudades y combatir las islas de calor. Además, también previenen inundaciones al aumentar la permeabilidad del suelo.

Por lo tanto, concluye que estos espacios no son solo una inversión social y de salud pública, sino también una oportunidad para reequilibrar la relación con la naturaleza, protegiendo al ser humano de futuras pandemias. Entre los numerosos beneficios de vivir en contacto con áreas verdes están desde mejorar la salud mental a reducir el riesgo de depresión y ansiedad, hasta reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes, pasando por mejores resultados en el embarazo, acelerar la recuperación de cirugías, y reducción de la mortalidad prematura.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ciudades deberían contar con 50 metros cuadrados (m2) de espacio verde por habitante, aunque se considere 15 m2 como aceptable y el mínimo recomendado sea 9 m2. Sin embargo, las ciudades están aún lejos de estos objetivos. Por ejemplo, Madrid solo tiene 21 m2 por habitante, aunque no distribuidos homogéneamente en todos los distritos. Solo el 10% de la superficie del núcleo urbano de Madrid es espacio verde público mientras que el 65% está ocupado por «cemento».

Por todo ello, Greenpeace pide a los ayuntamientos que implementen medidas urgentes para mejorar la calidad de vida de las ciudades y su sostenibilidad, ampliando los espacios públicos y verdes y transformando el resto de sectores necesarios para frenar la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad.

«Queremos pedir ciudades verdes para lograr un planeta sano. Necesitamos cambiar el funcionamiento de las ciudades, reinventarlas, si queremos hacer frente a la emergencia climática, la pérdida de biodiversidad y aumentar nuestra resiliencia ante futuras pandemias», argumenta la responsable de la campaña de Ciudades Sostenibles de Greenpeace, Alba García.