Sánchez castigará a Margarita Robles por negarse a ser candidata en Madrid

El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, no perdona. Si no, que se lo pregunten a la expresidenta de Andalucía Susana Díaz. El problema es que ahora Sánchez la ha tomado contra la ministra de Defensa, Margarita Robles, con quien ya llevaba un tiempo descontento desde que ésta intentó meter mano en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sin el permiso del líder socialista. Ahora, fuentes del PSOE aseguran que Sánchez mantiene un importante enfado con Robles porque la ministra se negó en marzo a ser candidata a las elecciones de la Comunidad de Madrid a pesar de ser la primera opción del presidente. Lo que aseguran las fuentes es que la ministra no quería meterse a un proyecto que daba por perdido incluso a sabiendas de que Sánchez quería que fuera ella la que lo liderara. Y ahora, Sánchez espera su momento para castigarla.

La respuesta de Robles ha sido alinearse con el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y otros socialistas díscolos como Adriana Lastra contra el férreo liderazgo del jefe de gabinete de Presidencia del Gobierno, Iván Redondo. Pero no parece que vaya a servir de mucho. Como poco, todo el entorno de la ministra da por hecho que Robles no seguirá al frente del Ministerio de Defensa en la próxima legislatura en el hipotético caso en que Sánchez ganara las elecciones. Eso en el mejor de los casos. Pero claro, lo que aseguran las fuentes es que donde está la clave es en qué cargo ocupará Robles cuando salga del Gobierno, pues si Sánchez la quiere castigar, puede que la deje sin un puesto goloso.

ivan redondo

No fue la única que rechazó ser candidata a la Comunidad de Madrid, pero sí la primera. La senadora Pilar Llop también dijo «no» a Sánchez porque daba por hecho que el resultado del PSOE en la autonomía sería patético. Y así fue. El problema es que desde La Moncloa no aceptan que los candidatos, senadores, diputados o quien sea que dependa del partido se tome el permiso de decir que no a lo que consideren. Sánchez quiere que la gente tiemble con una llamada de Moncloa en todos los sentidos. Pero Robles, lejos de temblar, dijo que no porque no quería verse en un proyecto fracasado. Antes que eso, prefería seguir todos los días en coche oficial al Paseo de la Castellana para ver cómo los militares se cuadran a su paso. Eso es lo que más le gusta, el respeto y que la idolatren. Algo tenía que tener en común con Sánchez.

El «castigo» de Sánchez a Margarita tendrá que esperar. De hecho, hay quien cargado de optimismo considera que el presidente del Ejecutivo dará una segunda oportunidad a Robles durante estos dos años. Pero la mayoría piensa que Redondo, mano derecha del presidente del Gobierno, no perdona y que Robles tiene garantizada su salida del Consejo de Ministros más pronto que tarde. Donde está la clave es en si Sánchez le dará un cargo de honor, como hizo con la exministra de Justicia, o directamente la dejará caer en su cargo previo como magistrada.

Robles no quería ir a la Comunidad de Madrid porque las encuestas estaban ajustadas

Robles no quería ir a la Comunidad de Madrid porque las encuestas estaban ajustadas. Ella solo se mueve por éxitos laborales mientras deja cadáveres laborales y enemigos allá por donde pisa. Dijo que no a Madrid porque sabía que no ganaría la presidencia. Y si lo hacía, tendría que montar un Gobierno autonómico con el apoyo de Más Madrid y de Podemos, algo que tampoco seducía a la dirigente cuya fama le precede, especialmente esa que la pinta como una dictadora en su entorno más íntimo. 

De hecho, no solo le han ofrecido la posibilidad de la Comunidad de Madrid. Esta fue la más reciente porque las circunstancias llevaron a la presidenta Isabel Díaz Ayuso a convocar elecciones anticipadas abriendo un melón que no convenía en ninguno de los sentidos al PSOE. Desde La Moncloa también le han ofrecido la posibilidad de fajarse con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, en unas elecciones municipales. Lo que no sabemos es si la oferta sigue en pie, aunque las fuentes opinan que sí.

EL SUEÑO FRUSTRADO DE ROBLES

Las conversaciones entre los socialistas de la calle Ferraz alejan la posibilidad de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, renueve en el Ejecutivo del líder socialista, Pedro Sánchez (siempre que consiga los apoyos necesarios para ser investido). La cartera de Defensa se quedará sin dueño hasta que se resuelva la investidura, según apuntan fuentes del PSOE. Y Robles ya está buscando alternativas. De ellas, la que más seduce a la magistrada sería presidir el Tribunal Supremo, pendiente de ser renovado. Pero fuentes del Partido Socialista y de otras formaciones con representación en el Congreso consultadas por MONCLOA.COM apuntan a que no apoyarían un candidato a presidir el Supremo con un pasado tan marcado a nivel político.

Se trata de preservar la independencia judicial. O al menos su imagen. Y el PSOE no se arriesgará a influir para que los vocales propongan a una candidata que ha sido portavoz de un partido político (además de haber sido diputada y ministra de un Gobierno socialista). Especialmente porque ello podría hacer peligrar un acuerdo entre los diferentes partidos políticos con representación en el Congreso y en el Senado para designar a los veinte vocales del Consejo General del Poder Judicial.

La obsesión de todos los representantes de la Justicia española por demostrar su independencia del poder político no es ningún secreto. Sin embargo, los partidos pueden influir en determinadas decisiones sobre los nombramientos en la cúpula judicial. Si el PSOE logra articular una mayoría de tres quintos en el Congreso pactando con el Partido Popular, podrán abordar la designación de vocales, dada su mayoría en ambas Cámaras.