Malestar en el PSOE con Sánchez: «Desde que se fue Borrell, está descontrolado»

El jefe de la diplomacia Europea tuvo un papel mucho más activo que el que se vio en su momento. Josep Borrell era el contrapeso a Pedro Sánchez y el único a quien el presidente del Gobierno guardaba cierto respeto. Sin embargo, desde que el que fue ministro de Exteriores en el Ejecutivo «sanchista» se fue al puesto de Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, todo se ha venido abajo. Al menos es la percepción de parte del PSOE que ha visto como Sánchez y sobretodo su jefe de gabinete, Iván Redondo, han cogido las riendas del partido desde una Moncloa bunkerizada para hacer «lo que les viene en gana». Los indultos, los ataques indiscriminados a la Comunidad de Madrid o la gestión de la campaña electoral de Ángel Gabilondo son ejemplos de cómo el núcleo duro de Sánchez gobierna sin pudor y sin control. Ese contrapeso era Borrell, pero ahora hay cada vez más voces en el PSOE que se levantan contra su presidente.

Todas las fuentes consultadas coinciden en que Borrell era el contrapeso del presidente y el que representaba a un socialismo moderado (más felipista) que evitaba que Sánchez se convirtiera en un maquiavélico superviviente político. «Desde que se fue Borrell, está descontrolado», aseguran desde el PSOE. Esto en referencia a la toma de decisiones tan polémicas y perjudiciales para la formación socialista como es el hecho de que se pretenda conceder el indulto a los líderes del procés en contra del criterio del Tribunal Supremo. Ni siquiera desde el PSOE entienden por qué el presidente está dispuesto a sacrificar tanto por tan solo dos años de supervivencia. «No son socios fiables», puntualizan desde el PSOE sobre los independentistas. Pero lo cierto es que lo que más lamentan es la deriva que ha tomado el Gobierno. Y más desde la derrota en la Comunidad de Madrid, clave para entender los pasos de Sánchez.

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Desde MONCLOA.com se ha hablado incluso con antiguos «sanchistas» confesos para conocer su opinión sobre la deriva de Sánchez. Pero cuando hablamos de «antiguos», nos remontamos meses, no años. Cada vez son más los que reconocen que no comparten el búnker que ha formado Sánchez con Redondo para dirigir el partido ni la pretensión del Ejecutivo de adelgazar los cargos de mando del PSOE. Tanto es así, que entre los que ahora plantan cara al Gobierno se encuentra el secretario de Organización del partido y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, o la portavoz socialista Adriana Lastra.

La idea de los socialistas es que Sánchez se ha dejado llevar por el control de su gurú Redondo y quiere hacer un partido a la americana. Un líder incuestionable, tres o cuatro personajes de partido visibles y el resto de la administración supeditada. Sánchez está pendiente de su supervivencia casi en exclusiva y esto le ha llevado a ver enemigos en todos sus ministros. Que la ministra de Defensa u otros le hayan dicho «no» a sus peticiones no era algo que entrara en sus planes. Pero que el PSOE sufriera una derrota de ese calibre en la Comunidad de Madrid, menos.

Las fuentes consultadas coinciden en que el Gobierno comenzó a descontrolarse desde el momento en el que Borrell dio el salto a la UE. Pero el clímax de este descontrol lo ha alcanzado con los indultos y con la intención del PSOE de concederlos en contra del criterio expreso del tribunal sentenciador (que en este caso es el Supremo). Sin embargo, inciden en el punto de inflexión que ha supuesto la derrota en la Comunidad de Madrid y, sobretodo, el vuelco de las encuestas. Antes el PSOE dominaba y ahora es el PP el que parece demostrar que gobernará desde 2023 con el apoyo de Vox. Y Sánchez no puede perdonar.

LA PURGA, EN SEPTIEMBRE

Todo esto lleva a que más de una y de dos voces en Ferraz consideren que habrá una pequeña purga en septiembre u octubre. Se da por hecho que habrá una crisis de Gobierno fomentada por Sánchez y que Redondo llevará a cabo su plan de convertir el PSOE en un partido más al estilo del Demócrata estadounidense. Esto conllevará eliminar ministerios, echar a algunos cargos que dependen del PSOE y sobretodo limpiar de voces díscolas el partido. El presidente del Gobierno quiere asegurarse el apoyo y simplificar. Y ese último concepto esconde una intención aún más oscura que tocará el Consejo de Ministros y muchos cargos intermedios.

Que Ábalos, Lastra o Margarita Robles ya se hayan enfrentado al presidente, así como algunos barones socialistas como Emiliano García Page o Guillermo Fernández Vara, es un mal síntoma para el PSOE que augura una guerra interna. Pero el presidente del Gobierno parece empeñado en llevar adelante su purga a toda costa y no más tarde de septiembre. Los indultos ya se ha dejado claro que se darán antes de las vacaciones de verano. Respecto a la crisis de Gobierno, se esperará a después de las fiestas. «Desde que se fue Borrell, está descontrolado», insisten desde el PSOE lamentando el cambio que ha dado el presidente. Ahora, tras los indultos, la sensación es que «todo vale» con tal de mantener al presidente del Gobierno en el poder.