Ayuso sube la apuesta para medirse con Casado y desata el miedo en Génova

Tanto el presidente del PP, Pablo Casado, como el secretario general de la formación, Teodoro García Egea, son conscientes de que la presidenta de la Comunidad de Madrid no se conforma con poco. De hecho, desde Génova aseguran que son perfectamente conscientes de que Isabel Díaz Ayuso se ve como candidata a las generales tan pronto como lo exija el guion. Sin embargo, tanto Casado como Teodoro estaban convencidos de haber llegado a un statu quo que daría al actual líder del PP vía libre para presentarse a las generales en 2023 sin que Ayuso molestara más de la cuenta. García Egea y Casado darían su apoyo a la presidenta de la Comunidad de Madrid para que se hiciera con el partido en la capital y a cambio el líder popular tendría dos años de tranquilidad. Pero todo esto se ha echado por tierra tras el cruce de palabras en relación al papel del Rey en los indultos. Génova teme que Ayuso rompa el pacto y se lance al cuello de Casado antes de tiempo después de que el líder popular desautorizara a la presidenta autonómica en público. El miedo se respira en la sede del PP.

El resumen de lo ocurrido es simple. Primero, durante la manifestación en Colón el pasado domingo en contra de los indultos que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quiere conceder a los líderes del procés para perdurar en el poder, Ayuso dijo que el Gobierno quería hacer «cómplice» al Rey de esta deslealtad. Estas palabras generaron cierta confusión en Zarzuela y en el propio Partido Popular debido a que la presidenta autonómica parecía intentar mezclar al monarca en todo este embrollo político (cuando la Casa Real no se entromete en asuntos de esta índole). El malestar en el PP creció hasta el punto que Casado quiso cortar de raíz los dires y diretes y aseguró que solo había un único responsable de los indultos: Sánchez; desautorizando así a la presidenta de la Comunidad de Madrid.

«Por supuesto que él no es cómplice de nada. Toda la culpa que conste recae en el presidente del Gobierno, quien está deteriorando todas las instituciones en beneficio propio»

Poco después, Ayuso también rectificó, pero dejándole un recadito a Casado. «Por supuesto que él no es cómplice de nada. Toda la culpa que conste recae en el presidente del Gobierno, quien está deteriorando todas las instituciones en beneficio propio», ha afirmado este pasado lunes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en referencia a sus palabras en la manifestación de Colón. Pero antes ha dejado claro que Casado «piensa» como ella. Vamos, que «si el rey firma o no firma, haga lo que haga, estará en tela de juicio».

La lectura que se hace de este cruce de palabras ante los medios es que Ayuso no ha consentido que Casado la desautorizara en público. El decir que Casado piensa como ella es una forma de corregir al líder popular, lo que ha hecho cundir el pánico en Génova. La pregunta que se hacen todos ahora es si ese pacto no escrito por el cual Casado le regalaba la presidencia del PP de Madrid a cambio de una tregua sigue vigente o si Ayuso, muy exaltada tras el resultado electoral del pasado 4 de mayo, seguirá apretando para ir a por más dejando a un lado ese statu quo al que habían llegado la directiva del PP y ella. Ayuso se ve con fuerza, con ganas y con todas las posibilidades de ganas. Al fin y al cabo, el vuelco en las encuestas que ha dado Casado ha sido gracias al resultado del 4-M.

Casado y Teodoro confían en que si llegan vivos a las próximas elecciones, ganarán. El problema es que esta victoria hipotética viene motivada por un perfil que no deja de ganar fuerza en las encuestas: el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Antes tenían amenazas, pero con las encuestas en contra y un Casado bajo de aspiraciones, Teodoro se podía centrar en purgar el partido a nivel interno para, al menos, aguantar un poco más sin presiones internas. El problema es que ahora que todo parece que va de cara le ha salido al núcleo duro popular una nueva «Esperanza Aguirre» que ha conseguido gracias a su director de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, erigirse como el adalid que ha absorbido a Ciudadanos y que ofrece una alternativa conservadora al Gobierno de España.

Ayuso se ve como candidata a las generales y su entorno asegura a MONCLOA.com que «tarde o temprano» será la nueva presidenta del Partido Popular. Estas afirmaciones no se niegan desde Génova, donde saben que el perfil de Ayuso es mucho más duro y beligerante que el de Casado. El problema es que Casado quiere aguantar a toda costa hasta las elecciones para intentar demostrar que él puede ganar las elecciones (aunque sea gracias a Ayuso) y gobernar. El problema principal es que desde el entorno de Casado no saben hasta qué punto Ayuso se conforma ya con la presidencia del PP de Madrid dado que está mirando alto.

Hay otros candidatos que están con el número de la carnicería en la mano para sustituir a Casado, pero ninguno tiene el tirón que ahora representa Ayuso. El PP quiere contener a Ayuso porque la palabra que más se escucha dentro de Génova es que la presidenta autonómica está «subida». Eso como poco, porque algunos hablan de que incluso no se puede tratar con ella dado que se considera a sí misma la salvadora del PP, la «Margaret Thatcher» madrileña con un toque de «tabernaria». Pero en cualquier caso, no deja de ser una amenaza para Casado que Teodoro quiere neutralizar, pero con discreción y elegancia. Sin embargo, parece que a la presidenta le ha sabido a poco la presidencia del PP cuando su entorno no deja de decirle al oído que ella es la salvadora del mundo liberal.