La Federación Catalana de Fútbol, una agencia de colocación de familiares

Polémica y duras acusaciones contra la Federación Catalana de Fútbol (FCF). Una denuncia anónima ha desatado la guerra en los despachos entre la cúpula y los clubes que conforman el máximo organismo del fútbol catalán.

La denuncia apunta a posibles delitos de malversación y tráfico de influencias, entre otros, según la denuncia anónima que investiga el Juzgado 15 de Barcelona por la presunta contratación de familiares para trabajar en distintos cargos del ente privado y usar parte de los fondos del mismo para abonar presuntas facturas falsas e incluso defensas legales para hacer frente a acusaciones de la Seguridad Social.

La entidad presidida por Joan Soteras ha estado en el ojo del huracán durante los últimos años por este tipo de escándalos y otros, que acabaron con la detención del ahora expresidente de la entidad, Andreu Subies. En 2018, Sotera tomó el relevo, pero las presuntas prácticas irregulares del anterior mandato están menoscabando la credibilidad de la entidad.

EL NEPOTISMO Y COLOCACIÓN DE FAMILIARES

Tras la denuncia, que instruye el Juzgado 15 de Barcelona, la Policía Nacional ha realizado un extenso informe de la vinculación de parte de la directiva de la entidad con estas presuntas prácticas irregulares. Esta investigación sitúa a José Miguel Calle como uno de los máximos exponentes de este presunto caso de «nepotismo«, tal y como han definido varios clubes de fútbol que presentarán en septiembre una moción de censura contra la directiva, tal y como han corroborado fuentes cercanas y conocedoras de estos hechos presuntamente irregulares a MONCLOA.com.

José Miguel Calle, director general de la Liga Catalana de Fútbol Sala y también trabajador de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), va más allá de la mera contratación de familiares. El director general y sus familiares habrían obtenido, según ‘El Triangle‘, unos ingresos de 594.698,97 euros repartidos entre 2011 y 2016. En concreto, el alto ejecutivo se habría embolsado 343.446 euros, y la Policía Nacional ha detectado partidas por valor de 160.883,68 euros a cargo de la entidad por conceptos presuntamente irregulares. Esta información se ha presentado en un informe que forman parte de las diligencias previas del Juzgado.

CALLE, EL DIRECTIVO BAJO SOSPECHA

La esposa de Calle, identificada como M.Z.G., habría obtenido sueldos de 187.696,23 euros desde 2011 a 2013. Sin embargo, no ha trabajado nunca para la Federación Catalana de Fútbol, de la que habría percibido un total 169.461,65 euros. Asimismo, con dinero del propio ente se pagó presuntamente una multa de la Seguridad Social impuesta a esta mujer por valor de 8.214,34 euros.

El matrimonio también habría costeado sus abogados por cuenta de la FCF tras las inspecciones de la Seguridad Social, que ha demostrado que cobraban irregularmente la subvención por desempleo. El papeleo se tapó con facturas falsas a nombre de José Miguel Calle por una cuantía de 8.742,28 euros y otra a la de su mujer por 1.461,38 euros, según las diligencias practicadas. Calle no sólo benefició a familiares con edad de trabajar, sino también a su madre, C.E.F., que con 74 años ingresó 2.651 euros.

con dinero del propio ente se pagó presuntamente una multa de la Seguridad Social impuesta a la esposa de un directivo

No es la única cuestión que se cierne sobre José Miguel Calle, cuyo contrato con la Federación Catalana de Fútbol estipula 40 horas semanales de lunes a viernes, es decir, jornada completa. Sin embargo, las fuentes consultadas por MONCLOA.com apuntan que realmente utilizaba su tiempo en la Real Federación Española de Fútbol, al menos durante el 2019, cuando percibió 85.000 euros brutos anuales de la FCF. De la RFEF cobró 63.749,97 euros netos. Lejos de abonar la diferencia a la Federación catalana, este directivo aumentó su salario a los 95.000 euros brutos anuales.

En este ejercicio, el directivo cobra 35.000 euros netos de la RFEF, como vicepresidente de Fútbol Sala, mientras que la FCF le paga 125.000 euros brutos anuales. Todo en plena pandemia y con los pabellones apenas sin público.

DIMISIÓN DE UNA DIRECTIVA POR COACCIONES Y VEJACIONES

Según las fuentes consultadas, una de las directivas de la entidad, Francisca Linares, enviará este mismo miércoles su dimisión irrevocable ante las «vejaciones» a las que ha sido sometida por negarse a aprobar determinados informes dada la dudosa naturaleza de los mismos. Asimismo, ha tenido que dimitir ante las «presiones y coacciones» de algunos directivos de la entidad.

Todo este embrollo acabará con la presentación de una moción de censura en la próxima asamblea general, para lo que se necesitan al menos dos tercios de los votos. Es decir, «unos 750 sufragios«, según han asegurado las mismas fuentes consultadas.

La maniobra de quienes promueven esta moción para acabar con la actual directiva no es una empresa fácil. Y es que, alcanzar este quórum es prácticamente imposible. Soteras fue presidente con apenas más de 400 votos. Estos equipos, unidos en la Asociación de Clubes de Fútbol Aficionados de Cataluña (ACFAC) junto con la Plataforma por una FCF los Clubes ha mostrado su músculo ante la luz pública en una durísima rueda de prensa celebrada este martes.

400 CLUBS EN PIE DE GUERRA

En total suman más de 400 entidades, casi el 40% del total de votos, y que plantarán cara en la asamblea de la Federación Catalana de Fútbol del próximo 30 de junio. Ese día se decidirá sobre aspectos importantes, como los descensos de Primera Catalana o la reestructuración de la Segunda Catalana, golpeada por la pandemia.

La ACFAC, con apenas un mes de vida, se ha convertido en referente de los clubes más modestos de Cataluña. Presidida por Javier Salamero, la entidad ha criticado el «nepotismo» de la FCF. Una de sus principales peticiones es la opción del voto secreto para las votaciones, un derecho que por ahora se niega a entregar la Federación Catalana de Fútbol. Y es que, de ella dependen muchos de los clubs. Votar en contra de una decisión da miedo. «Que no os venza el miedo«, han pedido ambas plataformas. Además, exigen que la FCF no pueda hacer uso del voto delegado en esta asamblea.

Asimismo, los miembros de la junta de la Federación Catalana de Fútbol perciben una cuantía de unos 300 euros, según las fuentes consultadas por MONCLOA.com, por asistir a reuniones de trabajo. Estas plataformas insisten en eliminar esta compensación económica debido a los cuantiosos sueldos que maneja la cúpula directiva, entre ellos los 120.000 euros que cobra el presidente.