España se encuentra en el furgón de cola de los países europeos en la adopción de medidas para la eliminación de los plásticos de un solo uso y en la implementación de un catálogo de buenas prácticas para apoyar la transición a alternativas reutilizables. Así se desprende de dos documentos presentados por la Alianza Rethink Plastic, el movimiento Break Free From Plastic y la Alianza Residuo Cero, de la que forman parte Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Retorna, Rezero y Surfrider España
Ante el cierre del plazo el 3 de julio para los estados miembro de la UE para transponer la directiva sobre plásticos de un solo uso, la Alianza Rethink Plastic considera que los informes ponen de relieve la urgente necesidad de tomar medidas más ambiciosas.
Para frenar la contaminación por plásticos, la UE aprobó en 2019 la Directiva sobre Plásticos de un Solo Uso que obliga a los países de la UE a aplicar una serie de medidas contra los plásticos de un solo uso que más comúnmente se encuentran en las playas europeas.
Basado en la evaluación de ONG europeas y nacionales, el primer informe publicado evalúa la actuación de todos los Estados miembros de la UE más Noruega en la transposición de la Directiva de Uso Único. La evaluación sitúa a España entre los países que dan largas, lejos de Estonia, Francia Grecia y Suecia quienes la encabezan.
España está en proceso de transponer la Directiva europea tras la aprobación del proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados. Pero las organizaciones ambientales consideran que esta ley, que queda por aprobar en el Parlamento, «no está a la altura de la crisis medioambiental, climática y de salud».
Siguiendo el texto europeo, España está a punto de prohibir todos los plásticos oxodegradables y una serie de productos de plástico de un solo uso como bastoncillos de algodón, pajitas, palillos y cubiertos, platos, tallos de globos, así como envases de poliestireno expandido para la comida y bebidas para llevar.
Además, España tiene previsto introducir medidas sobre productos que no figuran en la Directiva de la UE, como las bandejas de plástico que sirven de envase, los productos monodosis de plástico, las anillas de plástico y los palitos de plástico de sujeción utilizados en el sector alimentario –como para caramelos, helados y otros productos alimentarios– cuando son de plástico nocompostable. También se prohíben las microesferas de plástico de menos de 5 mm añadidas intencionalmente.
Sin embargo, las organizaciones alertan de que aún no se han fijado plazos ni objetivos cuantitativos y los plásticos compostables no estarán sujetos a los objetivos de reducción del consumo.
En cuanto a las prohibiciones, además de las medidas de la Directiva de la UE, España ha incorporado otras medidas para limitar la contaminación por globos y botellas de plástico en eventos públicos, a nivel de las administraciones públicas y en el sector HORECA (hoteles, restaurantes y cafeterías). Los vasos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones, y los recipientes alimentarios destinados al consumo inmediato deberán ser reducidos un 50% en 2026 con respecto a 2022 y un 70% para 2030 con respecto al mismo año.
España, al no adoptar un sistema estatal de depósito para la recogida y reutilización de envases como ya tienen muchos países europeos, ni tampoco medidas concretas para promover un aumento efectivo de la reutilización, obtiene una bandera naranja en el ranking europeo. Sin estas medidas, el país no cumplirá con la Directiva, que obliga a recoger de forma separada el 90% de las botellas de plástico en 2029 –y el 77% de las botellas de plástico en 2025–, ni propiciar una reducción ambiciosa y sostenida de la producción de envases de bebidas de un solo uso, alertan las ONG.