Iván Redondo ya mira con pasión el sector privado y la idea de «forrarse» como consultor

El jefe de gabinete de Presidencia del Gobierno y artífice de prácticamente toda la imagen que ha exportado el Ejecutivo, Iván Redondo, lleva meses mirando con recelo al sector privado. Fuentes cercanas al principal asesor del presidente Pedro Sánchez aseguran que las aventuras de Redondo en lo público están más cerca de acabar que lo que muchos se esperan. Por supuesto, si el presidente revalida su mayoría en los comicios de 2023, puede que la papeleta no sea la misma. Pero quienes conocen al todopoderoso asesor de Sánchez aseguran que su intención es «forrarse» en el sector privado más pronto que tarde. La política le importa más bien poco. La idea que sopesa el asesor es fichar por alguna consultora con un sueldo de esos que quitan el hipo. Él cree que se lo ha ganado.

Le llaman gurú y Redondo adora verse como un intelectual publicista y un estratega político como pocos en los medios de comunicación. Cuando le achacan complejas artimañas políticas, cuando le adjudican maquiavélicas estrategias que a la larga salen bien o cuando su nombre salpica los grandes éxitos políticos de Sánchez, Redondo sabe que va por el buen camino. Pero lo que dicen las fuentes es que todo este trabajo del que le gusta alardear no es por pasión por lo público, sino más bien porque sabe que así agranda su currículum para añadir más ceros en el momento en el que dé el salto al sector privado, algo por lo que ya suspira cada vez que pasa en su coche oficial al lado de una consultora.

la mayor aspiración del asesor es «forrarse» en el sector privado

Por mucho que el sector público dé notoriedad, lo cierto es que no viene acompañado de los ceros suficientes. Las fuentes cercanas al jefe de gabinete de Sánchez apuntan a que la mayor aspiración del asesor es «forrarse» en el sector privado. Pero para eso, antes tenía que hacerse un nombre, cargarse de contactos y venderse a sí mismo como un estratega como pocos. Y ahora que el trabajo está hecho, Redondo tiene más contras que pros a la hora de quedarse en el sector público.

Con las encuestas en contra, un futuro de Sánchez incierto y el PSOE sufriendo día tras día el desgaste político de la pandemia, Redondo se está dejando llevar por los cantos de sirena de lo privado. La idea del asesor es que saldrá colocado y no por menos de seis cifras en alguna consultora o empresa que requiera del asesoramiento de un gurú aclamado por muchos y odiado por otros tantos. La novedad no es que Redondo quiera irse al sector privado (esto es algo que las fuentes aseguran que ha comentado en su entorno más de una vez, incluso antes de que Sánchez llegara al poder), lo novedoso es que el director de gabinete de Presidencia del Gobierno está más cerca que nunca de dar el salto al sector privado. ¿Quién sabe si ya tiene apalabrada una oferta?

Fuentes del entorno de Redondo indican que ha habido un cambio en los últimos meses, especialmente tras la victoria de Isabel Díaz Ayuso. Nada es eterno y el gurú lo sabe, pero sí que es cierto que en enero, con las encuestas de cara, se sopesaba la idea de tirarse otros cuatro años más en lo público para estirar el chicle de las victorias del PSOE. Sin embargo, el que el desgaste electoral empiece a notarse en las encuestas ha hecho que Redondo acelere sus planes y vuelva a la idea de mantener conversaciones privadas con consultoras para dar el salto al sector privado donde espera ser bien remunerado.

No es que hablemos de algo «confidencial» porque Redondo ha comentado varias veces en su entorno más íntimo que su objetivo en la vida es ganar mucho dinero en el sector privado. Nada de compromiso con el socialismo ni una sociedad más abierta. La política para Iván es secundaria y si está en ella es porque la ve como un juego que se le da bien. Con Sánchez considera los servicios prestados como suficientes y sabe que su futuro está algo lejos del PSOE. Concretamente, con el mejor postor.

Los políticos hasta ahora habían encontrado cobijo en los puestos directivos de grandes empresas del IBEX. Otros, los más aventureros, se lanzaban a la piscina y montaban sus propios proyectos o empresas para emprender. Pero Redondo no quiere jugar a esto. La idea que sopesa el asesor no es precisamente la de montar un negocio por su cuenta, sino que aspira a ser contratado por una reconocida consultora a precio de oro. Todos estos años como gurú repletos de titulares lo valen. O al menos es lo que considera Redondo. Si ponen dinero encima de la mesa más vale que supere las seis cifras y que se valore bien su capacidad. Desde luego, en una agencia de publicidad Redondo no tiene precio, a ver si tiene suerte y no le ofrecen uno de esos contratos que son los más comunes en España. Esos que superan por poco los 18.000 euros al año. Un gurú vale mucho más.