El ex tesorero del PP Luis Bárcenas aseguró ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga la ‘Operación Kitchen’ que los ‘pendrives’ en los que guardaba las grabaciones que demostrarían que el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy conocía la existencia de la ‘caja b’ se debieron extraviar, pero desconoce si esa pérdida se produjo en la sede de Génova 13 o en el estudio de restauración de su mujer en la calle General Díaz-Porlier.
Según los audios de la declaración, los ‘pendrives’ que contenían la grabación de Rajoy y una con el ex secretario general del PP Javier Arenas fueron trasladados junto a otra documentación después de que los abogados del PP le apremiasen a acometer la mudanza.
Bárcenas criticó las prisas en el traslado, puesto que en ese momento se encontraba de viaje en Canadá. «Les digo que estoy fuera y que quiero estar pendiente», explicó, asegurando que el abogado del PP Alberto Durán no quiso que el extesorero estuviera «presente» en la recogida.
El que fuera senador del PP señaló que fue su chófer, Sergio Ríos, el encargado de acudir junto a otra persona a la sede del PP para recoger las cajas con la información, siendo éstas trasladadas al estudio de restauración de su mujer, situado en la calle General Díaz-Porlier.
En esas cajas, además de dos ‘pendrives’ y varios teléfonos móviles, habría «material delicado» que, según Bárcenas, «no debería circular». «Sería algo parecido al pago de las facturas de Unifica por la remodelación de la sede de Génova 13», señaló.
En concreto, en esos documentos habría «muchos datos vinculados a la financiación de campañas electorales de una forma paralela a la caja B, siempre sin carácter finalista». «Eran aportaciones de señores que se aplicaban a la campaña electoral», apuntó el extesorero.
NO PROTEGIÓ LA INFORMACIÓN PORQUE IBA A USARLA CONTRA EL PARTIDO
Entre los archivos, además de pagos de imprentas y ‘mailing’ electoral, había según Bárcenas información sobre la financiación de las elecciones gallegas que Pablo Crespo, ex secretario de Organización del PP de Galicia, habría entregado al predecesor de Bárcenas, Álvaro Lapuerta.
Bárcenas no se dio cuenta de que echaba en falta parte de su documentación hasta enero de 2015, cuando salió de prisión, lo que le llevó a pensar que los responsables de la sustracción pertenecían al PP. «Lo que pienso es que antes de que la documentación salga del PP alguien ha retirado todo lo que le ha parecido que no debía estar en mi poder», reconoció.
No sería hasta más tarde cuando el propio Bárcenas contempló la posibilidad de que las grabaciones hubieran sido extraídas en el estudio de su mujer y no en Génova 13. El extesorero barajó esa opción tras mantener una conversación con un periodista que le habló de una «operación de espionaje» a la que el propio Bárcenas quitó «importancia».
Bárcenas reconoció que si no protegió de forma especial esos archivos fue porque, «a pesar de que la relación» con la entonces secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, era «pésima», todavía mantenía una «buena relación» con Arenas y con Rajoy.
«Yo no estaba en esos momentos por dar ninguna documentación ni por perjudicar a nadie», aseguró, incidiendo en que a pesar de que «personalmente» pudiera tener «un contencioso» con Cospedal, su intención no era «perjudicar al partido».
A preguntas del juez, el extesorero del PP se ha referido a la distensión en las relaciones con la formación en el año 2013, después de que un abogado del partido le ofreciese una cantidad de 500.000 euros «en concepto de indemnización» a cambio de que no se publicase más información comprometedora para la formación.
FLEXIBILIZACIÓN PENITENCIARIA Y «VIS A VIS ADICIONALES»
Bárcenas, que rechazó esa primera oferta, explicó que Javier Sánchez Lázaro y un sacerdote, Francisco Santos, actuaron de intermedarios con el PP. Fue cuando se le ofreció la posibilidad de recibir un «trato penitenciario suavizado» que incluía «vis a vis adicionales» cuando el extesorero decidió dar un «paso» en la mejora de las relaciones con los ‘populares’.
Fue entonces cuando Bárcenas, tras conocer a Isidro, un preso colombiano que «tenia vinculaciones con un partido» en su país «homologable al PP», decidió eliminar de la nube las grabaciones que comprometían a Rajoy y a Arenas.
De esta forma, el extesotero acordó con Isidro el pago de 4.000 euros, facilitándole «dos notas con una serie de indicaciones», entre las que se incluían las «claves de acceso al correo electrónico en la nube».
A preguntas del juez sobre la disparidad en las cifras económicas del encargo, Bárcenas instó al magistrado a preguntar a su chófer, que fue el encargado de entregarle la cantidad al interno, el encargado de eliminar unos archivos que marcaban el «comienzo de una amistad con mucho recorrido», y que empezaba a materializarse con el incremento de vis a vis.
Sin embargo, esa mejora en sus condiciones apenas duraría tres meses, cuando Bárcenas y el PP regresaron a la «situación de partida». «En un momento determinado en esta operación de búsqueda de documentos y audios parece que los responsables del PP tienen la certeza de que los audios y la documentación no existen y se suspenden los vis a vis», explicó el extesorero.
Fue el propio Sánchez Lázaro el que habría trasladado a Bárcenas la postura del partido. «Tienen claro que los audios no existen y que la documentación la tienen controlada, que no querían seguir con ningún tipo de acuerdo. Ese es el resumen», señaló Bárcenas.
Preguntado por la Abogacía del Estado sobre su creencia de que el entonces ministro del Interior estaría detrás del endurecimiento de sus condiciones en prisión, Bárcenas señaló que hay «un montón de operaciones a lo largo del tiempo que» le hacen «pensar que efectivamente» se le estaba «persiguiendo». «Tengo que añadir que indiciariamente», matizó.
ROSALÍA ENTRA EN CONTRADICCIONES
El mismo día que su marido, Rosalía Iglesias también declaró ante el juez y las partes para ser preguntada por el supuesto robo de material en el estudio de Díaz-Porlier. Según explicó, fue consciente de que faltaban cajas y documentos, ubicados en altillos y en un banco hueco, y relató que en la mudanza participó tanto Sergio Ríos como otra persona. «Entonces dice que antes había y luego ya no había», le inquiere el juez para conocer si sufrió un robo, a lo que responde que «ésa es la realidad».
Por otro lado, sobre el episodio de la contratación del preso de origen colombiano, si bien al juez le ha dicho que ella no supo nada de que su marido ordenara pagar una cantidad a esa persona, posteriormente a preguntas del fiscal ha reconocido que Bárcenas le dijo que le habían engañado y que había perdido dinero. Este cambio declarativo le valió ser abroncada por el juez, que no se explicaba el por qué del cambio de versión.
Sobre las grabaciones de Rajoy y de Arenas, indicó que supo de su existencia por su marido desde el principio aunque dijo desconocer dónde estaban guardadas. Lo que sí resaltó es que no le gustaba que su marido tuviera confianza con el empresario Javier Sánchez Lázaro, que le sorprendía que se apoyara en él, y que no le gustaba que presumiera de saberlo absolutamente todo».
Otra de las personas que mencionó en su declaración, fue la del abogado Javier Gómez de Liaño, a quien, sostiene, entregaron dos o tres teléfonos y un Ipad. Además, dijo que en uno de eso terminales salía el mensaje de Rajoy en el que le conminaba a Bárcenas a ser fuerte. «De ahí es de donde sale el WhatsApp del señor Rajoy diciéndole ‘Luis sé fuerte'», recordó.