El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, y el exvicepresidente del Govern y líder de ERC, Oriol Junqueras, se reencontrarán este miércoles en Waterloo (Bélgica) después de casi cuatro años de la última vez que se vieron de manera presencial, un tiempo en el que han exhibido sus diferencias y los partidos que lideran han chocado constantemente.
El encuentro se producirá sobre las 14.00 horas en la Casa de la República, donde reside Puigdemont, que estará acompañado por el exconseller Toni Comín, y por parte de ERC también asistirán la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y los exconsellers Raül Romeva, Dolors Bassat y Meritxell Serret, ahora diputada republicana en el Parlament desde que volvió de Bélgica.
Desde que obtuvieron los indultos, los presos del 1-O han comenzado a reencontrarse con los dirigentes independentistas en el extranjero: la semana pasada los excarcelados de ERC visitaron a la secretaria general del partido, Marta Rovira, en Ginebra, mientras que los de Junts visitaron a Puigdemont, Comín, Lluís Puig y Clara Ponsatí.
Pero todavía faltaba el reencuentro entre Puigdemont y Junqueras, los dos máximos cargos del Govern del 1-O y a la vez los líderes de los principales partidos del independentismo, que además han simbolizado las dos opciones que tomaron los miembros del Ejecutivo catalán tras la declaración de independencia: el expresidente lideró la marcha al extranjero, que ellos reivindican como un «exilio», mientras que el líder republicano fue la cara más visible de los encarcelados.
La voluntad inicial de Junqueras era que este encuentro se produjera este martes en Estrasburgo aprovechando que hay pleno en el Parlamento Europeo, en el que Puigdemont es eurodiputado, pero el líder de Junts ha optado por no participar en este pleno de manera presencial y seguirlo telemáticamente, de manera que no han podido coincidir en la ciudad francesa.
Finalmente, la reunión será en la Casa de la República de Waterloo, desde donde Puigdemont ejerce el liderazgo de Junts y también es la sede del Consell per la República (CxRep), órgano que preside él mismo y que ha sido uno de los motivos de discrepancias entre ERC y Junts, especialmente durante las negociaciones de la investidura de Pere Aragonès como presidente de la Generalitat.
SIN COMPARECENCIA CONJUNTA
Los dos líderes independentistas, junto a Forcadell y los exconsellers que los acompañarán, escenificarán el reencuentro con una foto al inicio de la reunión y después Junqueras comparecerá ante los medios.
No lo hará Puigdemont ni tampoco habrá una comparecencia conjunta de los dos, como sí hicieron el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el líder de Junts hace tres semanas cuando el jefe del Ejecutivo catalán lo visitó en el mismo escenario.
Destaca que en el comunicado emitido por ERC para anunciar el reencuentro definen a Puigdemont como presidente de Junts y no como presidente de la Generalitat –que es como lo definen en su partido–, mientras que la nota de prensa del Consell per la República sí que lo sigue mencionando como ‘Molt Honorable President’ –el tratamiento oficial de los presidentes de la Generalitat– y a Junqueras como vicepresidente.
ENCUENTRO «PERSONAL»
El lunes, tanto la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, como la vicepresidenta de Junts, Elsa Artadi, circunscribieron el encuentro en el componente «personal» de reencontrarse tras tantos años sin verse presencialmente, mientras que el eurodiputado de Junts y exconseller, Toni Comín, ha dicho este martes que una reunión no arreglará las discrepancias políticas que hay.
El último encuentro que tuvieron ambos fue a finales de octubre de 2017, tras la declaración unilateral de independencia; después Puigdemont se marchó a Bélgica para evitar la acción de la justicia, mientras que Junqueras sí que fue a declarar ante la Audiencia Nacional, que el 2 de noviembre lo encarceló, y en este tiempo han tenido pocos contactos, especialmente durante la primera etapa de prisión del líder republicano.
Desde entonces, las diferencias entre ellos y los partidos que lideran han sido constantes, desde la negativa del entonces presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), a desobedecer para investir telemáticamente a Puigdemont presidente de la Generalitat el 30 de enero de 2018 tal y como quería Junts –que la habría comportado medidas judiciales–, hasta las reticencias de Junts para investir a Aragonès este mismo año o las diferentes visiones sobre el diálogo con el Gobierno.
En estos años, las discrepancias se han plasmado más en las decisiones y las diferencias estratégicas de los dos partidos que en declaraciones públicas y acusaciones personales entre los dos líderes, que incluso han llegado a rivalizar electoralmente en las elecciones catalanas del 21 de diciembre de 2017 y en las europeas de 2019, ambas ganadas por Puigdemont.
Sin embargo, las desconfianzas entre Puigdemont y Junqueras se remontan a su etapa al frente de la Generalitat, especialmente en la organización del 1-O y los hechos de octubre de 2017.
Así lo relató el mismo Puigdemont en su libro ‘M’explico’ (Me explico), en el que reprochó a Junqueras sus «deselaltades», confesó que en 2016 ya había dejado de confiar en el líder republicano y definió su relación de complicada y sin química, aunque en una entrevista este fin de semana el exvicepresidente de la Generalitat aseguró que tienen muy buena relación y este mismo martes ha dicho que no hace falta ninguna reconciliación.