Sánchez somete a la nueva ministra de Justicia, Pilar Llop, a Félix Bolaños

Puede sorprender a más de uno, pero lo cierto es que los asuntos complicados del Ministerio de Justicia no los gestionará directamente la nueva titular de la cartera, Pilar Llop, sino que será el nuevo todopoderoso hombre de Pedro Sánchez: el flamante ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Los temas del día a día los llevará Llop, pero los asuntos que más preocupan al presidente del Gobierno los llevará con total discreción y delicadeza Bolaños. Uno de estos asuntos que mantienen en vilo a Sánchez es la renovación del Consejo General del Poder Judicial y la relación del Ejecutivo con el Tribunal Supremo. Temas que no gestionará directamente Llop, sino que los llevará Bolaños desde la Moncloa. La ministra ha conseguido un premio inesperado, pero tampoco tiene la confianza suficiente como para abordar la renovación del CGPJ ni la relación con el Supremo.

Algunos en el PSOE no se han creído el giro de guion que ha dado Sánchez. Al menos no en algunos nombramientos. Que el jefe de gabinete de Presidencia de Gobierno, Iván Redondo, haya caído en beneficio de Bolaños ha pillado a contrapié a todo el partido. Pero que Pilar Llop se haya hecho con la cartera de Justicia ha sido algo que no se esperaba nadie. Ni siquiera las quinielas más remotas que circulaban por la formación auguraban que la senadora aspiraría a ocupar un cargo tan relevante como el de ministra de Justicia. Pero contra todo pronóstico, Llop no solo ha conseguido ascender, sino que se ha quitado el San Benito de que Sánchez la quería castigar por haber rechazado su propuesta en la Comunidad de Madrid.

Bolaños
El superministro, Félix Bolaños.

Sánchez ha ascendido a Llop a pesar de que en el PSOE todos estaban convencidos de que iba a castigarla por rechazar ser la candidata de la formación en la Comunidad de Madrid. Los diputados, el entorno de Llop y fuentes de Ferraz apuntaban exactamente a lo mismo: la senadora se mantendría en el peusto durante un tiempo hasta que quedar en la irrelevancia más absoluta. Pero no ha sido así.

Llop se ha hecho con la cartera que ostentaba Juan Carlos Campo pero no gozará desde el principio de la misma libertad con la que contaba su predecesor. El anterior ministro estaba en la rampa de salida por varios motivos, pero el que más importaba al presidente es que el Ejecutivo estaba completamente a ciegas en los asuntos judiciales. Los indultos y otro tipo de choques han hecho que la relación entre el CGPJ y el Gobierno no fuera fluida y Campo no supo responder a las necesidades de Moncloa. Que esté fuera no sorprende. Lo que sí llama la atención en Ferraz es que sea Llop quien tenga los galones.

La primera idea que circuló por Moncloa era la de convertir a Bolaños en un superministro al más puro estilo Belloch. Pero con el tiempo se ha desgranado que era mejor dividir las competencias y hacer más favores. En cualquier caso, esa idea inicial no está tan alejada de lo que realmente es el nuevo Gobierno, pues fuentes del PSOE aseguran a MONCLOA.com que Llop estará sometida completamente a Bolaños y que será el mismísimo ministro de Presidencia de Gobierno el que tenga que negociar y tratar la renovación del CGPJ lo antes posible y sin sorpresas de ninguna clase. Cuanto antes mejor.

queda claro que Sánchez ha abrazado el viejo socialismo

Aún así, que Llop haya llegado a ministra es toda una declaración de intenciones porque indica que Sánchez no le ha guardado rencor por rechazar la posibilidad de ser candidata en la Comunidad de Madrid. Habrá que ver con el tiempo cuál es el papel que el presidente le reserva a la exsenadora, pero queda claro que Sánchez ha abrazado el viejo socialismo (al menos el previo al gabinete de crisis creado por el líder del partido) y que Llop tiene una oportunidad de oro para convertirse en alguien de confianza para Moncloa. Solo tiene que respetar la escala de mando y asumir que su ministerio está controlado por Bolaños.

URGE RENOVAR EL CONSEJO

Como Filipo II en Macedonia, Pablo Casado ha roto las normas del juego de una forma que preocupa considerablemente al PSOE. Europa le ha tirado de las orejas, pero al presidente del Partido Popular parece importarle más bien poco que el CGPJ lleve en funciones nada menos que dos años y medio. Casado se hundía en las encuestas y no quiso dar su brazo a torcer, pero es que ahora que está en cabeza tampoco quiere porque ha visto que las elecciones están a la vuelta de la esquina y que tiene la posibilidad de renovar el Consejo con una mayoría más amplia que la que tiene ahora.

El PSOE considera que tiene que renovar el Consejo ahora o nunca. Utilizarán a la UE para que presione a Pablo Casado. Usarán todas las herramientas que estén en su mano para conseguir que Casado no se plante en las elecciones con un CGPJ en funciones. Pero lo cierto es que también cuentan con que necesitarán mano izquierda en el plano de la Justicia para convencer a los populares de que tienen que ceder a la renovación. Solo queda ver si Casado se dejará seducir por los cantos socialistas o no. Pero para el PSOE, renovar el Consejo General del Poder Judicial es algo que hay que hacer antes de las elecciones y el encargado de llevar a cabo esta labor es Bolaños. Bueno, Llop sometida a Bolaños.