Leonardo: los graves errores de la serie que desvirtúan la realidad

El estreno de la serie Leonardo ha despertado la polémica y el debate que suele rodear a las obras de ficción histórica sobre los límites entre la realidad documentada y las licencias creativas que se suelen tomar para darle más gancho a la narración. En esta producción europea han colaborado varias televisiones públicas como Rai Italia, France Télévisions y RTVE entre otras productoras. En España actualmente se puede ver en TVE y también está disponible en Amazon y gira en torno a la figura de uno de los personajes más importantes de la historia de la humanidad.

El guion se ha basado en documentos biográficos, pero también hay muchos elementos intencionadamente ficcionados, algo que a los más puristas no suele gustarles. Aidan Turner, el protagonista de la serie sabía, desde que aceptó el papel de Leonado, que tendría que afrontar muchas quejas por esta falta de rigor histórico, a lo que ha respondido, ‘estamos haciendo una serie, no un documental’.

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EL RETRATO DE GINEBRA

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Una de las tramas se centra en un regalo que Amerigo de Benci le hizo a su hija Ginebra para su boda, y si bien en la serie resulta amena y atractiva, está repleta de licencias muy alejadas de la realidad histórica. De Benci era un rico banquero amigo de Piero da Vinci, el padre de Leonardo, pero es improbable que fuese él quien hiciese el encargo, porque de nuevo, los tiempos no encajan, pues falleció en 1474, el mismo año en el que el cuadro para la boda empezó a pintarse. Así que no es posible que pudiese dedicarse a cortar la parte inferior del lienzo.

Según los expertos este hecho sucedió muchos años después de finalizada la pintura, y el motivo principal fue porque se encontraba deteriorado, no porque preocupase la opinión de los que lo viesen. Es muy posible que fuese Bernardo Bembo quien encargó el famoso retrato a Leonardo, quien por cierto, no era embajador de Venecia, tal y como se refleja en la serie. Era embajador sí, pero de Florencia, y además estaba casado y tenía cinco hijos, algo que la ficción ha omitido.