El exvicepresidente segundo y exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, ha asegurado que su salida de la política «no es una derrota» ante el «Estado profundo» y ha opinado que existe un «precio» por «cerrar la posibilidad de que el PSOE vuelva a aliarse con la derecha».
Así lo detalla en una entrevista al diario italiana ‘La Stampa’, la primera que ofrece a un medio de comunicación tras abandonar la política el pasado 4 de mayo y en el que reflexiona sobre la situación política y las manifestaciones contra la cumbre del G8 en Génova, a la que asistió hace 20 años.
Iglesias ha detallado que seguirá trabajando en el lugar donde su aportación sea más necesaria, como militante de base, y no importa su marcha porque tiene la convicción que los nuevos liderazgos en su Unidas Podemos llevarán más lejos a su espacio político.
Asimismo, ha disertado en esta entrevista que la manifestación de Génova les enseñó en primera persona «lo que puede ser elel poder y el Estado», puesto que a veces hay sectores «profundos» que «van más allá de la ley, más allá de la dinámica democrática».
En esta línea, ha opinado que en el caso de Unidas Podemos hay poderes que han intentado «destruirles», gracias a «estrechos vínculos» con los poderes mediáticos. «Sabíamos que el poder no toma prisioneros y defiende privilegios, y cuando la democracia cambia el equilibrio de poder, alguien deja de ser democrático», ha desgranado.
ESTAR EN EL GOBIERNO ES «DESAFIAR EL PODER»
Sobre si su salida del Gobierno es la prueba de ese «Estado profundo» y si ganó o perdió con ello, el exlíder de Podemos ha manifestado que está claro que hay un «precio político» cuando se alcanza acuerdos legislativos con fuerzas vascas y catalanas, así como en cerrar la opción de que el PSOE «vuelva a aliarse con la derecha».
Respecto a la entrada en el Gobierno, Iglesias ha dicho que cuando algunas ideas «llegan a la cima», tienen que «chocar con el poder». Eso sí, ha aclarado que alcanzar el gobierno «no significa tener poder, sino desafiar el poder con más herramientas disponibles».
También ha especificado que gobernar significa «enfrentar muchas contradicciones». De su salida, ha desgranado que ese precio «no importa» y que su espacio puede crecer con esos nuevos liderazgos femeninos.