NutriScore y otras campañas de Consumo que desprestigian los productos españoles

Un malestar se extiende a través de diferentes sectores productivos españoles y tiene que ver con las diferentes campañas del Ministerio de Consumo, Alberto Garzón. Primero fueron sus dichos sobre el sector turístico español al que calificó de “estacional, precario y de bajo valor añadido”. Ahora, otras dos campañas causan indignación y preocupación. Una de ellas es la que lleva el lema ‘Menos carne, más vida’. La otra es la campaña de promoción del sistema de etiquetado nutricional Nutri-Score. Un etiquetado que califica negativamente a los productos “marca España” como el aceite de oliva, el jamón ibérico, el mejillón de Galicia, el queso manchego, entre otros.

Ambas campañas, la de la promoción del Nutri-Score, como aquella contra el consumo excesivo de carne, han sido muy mal recibidas tanto dentro, como fuera del Gobierno. Prueba de ello son las declaraciones recientes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez sobre la campaña contra el consumo de carne. “A mí, donde me pongan un chuletón al punto… eso es imbatible”, respondió Sánchez en claro apoyo al sector cárnico.

A su vez, ambas campañas han hecho visibles las fracturas dentro del gabinete de ministros ya que muchos de ellos no coinciden con el enfoque de Garzón. Entre ellos se encuentra el ministro de Agricultura de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. Sin buscar entrar en polémicas, Planas ha dejado en claro que no apoya ninguna de las dos campañas defendidas por Consumo. Para el ministro de Agricultura, la reciente campaña de Garzón contra la carne es “injusta” para el sector ganadero que “se merece un respeto”. En lo que concierne al Nutri-Score, Planas también se ha apartado de su homólogo de Consumo al asegurar que “nada que dañe a la dieta mediterránea y sus productos puede ser aprobado por el Gobierno de España”.

Si así ha sido la acogida de las campañas de Garzón dentro del Gobierno, era de esperarse la reacción fuera del Gobierno. Desde el Partido Popular han pedido la reprobación de Garzón por despreciar y atacar al sector cárnico y ganadero. Según portavoces del PP es inconcebible que se hayan utilizado fondos públicos para promover, a través de los canales de comunicación oficiales, una campaña contra un sector que genera miles de puestos de trabajo y que aporta millones de euros a la balanza comercial. Esto, en referencia al vídeo publicado por Garzón a través de sus redes sociales en el que recomienda moderar la ingesta de productos cárnicos. Una estrategia similar a la que Consumo busca implementar para la promoción del Nutri-Score. Una campaña que ha despertado el enojo de las agencias de publicidad españolas debido al escaso gasto estimado en creatividad y producción de tan solo 14.900 euros. 

Según denuncian desde las asociaciones de agencias La FEDE y ACT (Asociación de Agencias de Creatividad Transformadora), el concurso para seleccionar a la empresa que llevará a cabo esta tarea “pone la realización de una campaña de enorme importancia ciudadana al mismo nivel que la reforma del baño de un Ministerio”. Más allá del desprecio por la labor de las agencias de publicidad españolas, el contrato también deja al descubierto la falta de compromiso de Consumo con una campaña que debería apuntar a mejorar los hábitos de consumo de los españoles.

Por otro lado, esta campaña promocional demuestra que Consumo es consciente de la mala reputación del sistema francés. A pesar de ello, el ministro insiste en aplicarlo de forma voluntaria, mientras que existen otras alternativas, como el sistema italiano Nutrinform Battery, desarrollado como respuesta a las limitaciones del sistema francés. Como se lee en la PNL presentada por el Partido Popular ante la Comisión de Sanidad en el Congreso, el Nutrinform está más en línea con la dieta mediterránea ya que le permite al consumidores informarse para seguir una dieta sana y variada. Esto debido a que el sistema tiene en cuenta el aporte de cada alimento en una dieta equilibrada y contempla las cualidades nutricionales en relación con las necesidades diarias recomendadas por la Unión Europea.

El Nutrinform no reduce a los alimentos a letras, ni colores. A través de un símbolo de batería, el sistema demuestra visualmente el nivel de aporte de calorías y nutrientes de cada producto. Lo que le permite al consumidor ver con claridad qué tan cerca está del consumo de las máximas recomendadas. Información vital para tomar decisiones informadas y saludables.

De aplicarse el Nutrinform, los productores españoles de aceite de oliva, jamón ibérico, quesos, y otros productos “Made in Spain” podrían quedarse tranquilos. De lo contrario, de aplicarse el Nutri-Score, estos productos deberían llevar un etiquetado con la letra C, D o E en tonos naranja o rojo, lo que indicaría que su consumo está desaconsejado. Sin embargo, todavía hay tiempo para que las autoridades españolas cambien de idea. De todas formas, tampoco pueden imponer la adopción obligatoria de este sistema ya que la Comisión Europea trabaja en una propuesta de etiquetado nutricional obligatorio y armonizado en la parte frontal de los envases a escala de la UE, que presentará a finales de 2022. Cuando la Comisión se expida, España deberá implantar el sistema que resulte elegido. Vista la polémica en torno al semáforo nutricional francés, nada indica que este será el sistema elegido. 

De hecho, la Comisión ha asegurado estar al tanto de las preocupaciones de ciertos sectores en relación con el etiquetado y su calificación de los productos designados mediante indicaciones geográficas. Según la comisaria europea de Salud y Política de Consumidores, Stella Kyriakides, la Comisión tendrá estas preocupaciones “debidamente en cuenta al preparar la propuesta”. Así lo ha asegurado a través de una carta enviada en respuesta a una pregunta parlamentaria registrada por el PP, en la que ponían de manifiesto su preocupación por la forma en la que el semáforo nutricional penaliza a los productos españoles. Asimismo, la Comisión recuerda que “no recomienda ningún tipo específico de sistema de etiquetado y, de momento, no se ha tomado ninguna decisión al respecto”.

Por ende, no se entiende por qué Garzón está poniendo en marcha una campaña promocional del NutriScore, cuando la Comisión aún no ha determinado cuál será el sistema elegido. Por eso sorprende que Consumo insista en promocionar un sistema en particular, el Nutri-Score. Esto, a pesar de que Garzón siempre ha declarado que la adopción del etiquetado será de carácter voluntario hasta que la Comisión tome una decisión. Entonces, ¿por qué destinar recursos a la promoción de un etiquetado que perjudica a los productos españoles, a los consumidores y que no será el definitivo? Mejor sería que el Ministerio tome en serio las críticas de numerosos sectores y busque una alternativa que no perjudique a los productores españoles.