El Gobierno espera que los buenos datos del paro excusen su hachazo fiscal de otoño

El paro ha bajado en julio 197.841 personas, se trata del tercer récord consecutivo tras los registrados en mayo y junio y el Gobierno ya se prepara para capitalizar en forma de votos esta buena noticia. Pese a que el paro juvenil sigue disparado, lo cierto es que la cifra de parados sigue siendo elevada llegando a las 3.416.498 personas. Aún así, el PSOE ya se prepara para lanzar una serie de mensajes positivos a su electorado que les dé la excusa para aplicar dos medidas de efecto: la subida del salario mínimo interprofesional y algunas subidas de impuestos, como al diésel o a la penalización de emisiones de CO2.

El Gobierno de Pedro Sánchez quiere emprender una serie de cambios desde el Gobierno que dependían de que el país recuperara los niveles de paro prepandemia. La buena noticia es que el verano, el turismo (aunque sea menos del esperado) y la vacunación hace que el paro se reduzca mes a mes a un ritmo muy aceptable para los planes del Gobierno. Sánchez quiere aprobar los Presupuestos Generales del Estado antes de que acabe el año y en ellos incluirá algunas medidas de efecto. Pero independientemente de los PGE, el líder socialista ha prometido a sus socios de Gobierno que subirá el salario mínimo, una medida que no quieren anunciar hasta que España haya recuperado los niveles laborales de 2019.

quería evitar las críticas en las que se decía que la anterior subida del SMI había hecho perder una buena cantidad de empleos

Aunque no se vaya a subir mucho, lo cierto es que Nadia Calviño ha tenido que ceder ante las pretensiones de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por el bien de la continuidad de la legislatura. La idea que tiene el PSOE es anunciar entre septiembre y noviembre junto a Díaz que se subirá un puñado de euros el salario mínimo. El problema es que el presidente se negaba a hacerlo antes de que los datos del paro reflejaran una recuperación sólida. ¿Por qué? Pues porque quería evitar las críticas que deslizó en su momento el Banco de España en las que se decía que la anterior subida del SMI había hecho perder una buena cantidad de empleos porque desmotivaba a los empresarios para contratar nuevo personal. Con ese argumento echado por tierra con los nuevos datos del paro, Sánchez anunciará a bombo y platillo junto a la vicepresidenta Díaz que el salario mínimo será unas decenas de euros superior.

La caída del paro es generalizada en todas las actividades, pese a que el verano ha tenido mucha influencia. Donde más ha bajado el paro ha sido en Andalucía (casi 70.000 personas menos), seguida por Cataluña (con 37.500 personas) y las Islas Canarias (donde hay 20.300 menos parados). Y el Gobierno espera que en agosto esta tendencia se mantenga. Aunque es cierto que septiembre y octubre son malos meses para mantener este incremento, el avance de la vacunación hace esperar al Ejecutivo que se contendrá el rebote del paro y que podrán anunciar en ese periodo el esperado eslogan publicitario. Y junto con este, el PSOE también quiere meter bajo la manta algunas subidas de impuestos con las que se ha comprometido para cuadrar las cuentas.

Mientras que habrá medidas positivas que se anuncien en cuanto baje el paro, otros impuestos también llegarán de la mano de este descenso esperado. Lo cierto es que el Gobierno lleva tiempo conteniendo una subida inminente de impuestos que le exigen desde la Comisión Europea dado que el objetivo de déficit y la deuda española están fuera de control. El PSOE ha reconocido a MONCLOA.com que los impuestos tendrán que llegar tarde o temprano y que los han contenido por la situación laboral. Pero lo cierto es que tan pronto se recupere el mercado, llegarán tasas que buscarán contener el objetivo de déficit y buscarán convertir a España en un país «que cumple» con sus deudas.
El impuesto al diésel es uno de los ejemplos, pero lo cierto es que llegarán una serie de tasas que harán que las arcas del Estado engrosen sus ingresos en detrimento de los españoles. Los socialistas insisten en que sobretodo tocarán las rentas más elevadas, subiendo el IRPF y tocando otros impuesto como el de Patrimonio. Sin embargo, el impuesto al diésel o la implantación de peajes es algo que también está encima de la mesa y que afectará sobretodo a las rentas más bajas.
Sea como sea, el Ejecutivo está a la espera. De momento no subirán nada porque estamos en verano, porque la vacunación está avanzando y porque los datos no son los que ellos quieren precisamente. El PSOE espera un titular muy claro para, al mes siguiente, anunciar la subida de impuestos y las medidas de efecto. Ese titular es el que reza que España mejora su tasa de paro respecto a 2019, dejando claro que la «gestión» del Gobierno ha sido lo suficientemente buena como para en dos años mejorar la situación previa a una pandemia. Si consiguen esto, llegará después el hachazo fiscal.