El Ayuntamiento de Motril, en la costa de Granada, prepara la colocación de un monolito en recuerdo de María Teresa, quien desapareció hace 21 años este miércoles, 18 de agosto, en una céntrica calle del municipio costero cuando se dirigía a encontrarse con un grupo de amigos.
Así lo ha indicado su padre, Antonio Fernández, quien ha detallado que, según le ha trasladado la alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, el homenaje será extensivo a otros desaparecidos en España con la previsión de que el monolito pueda ser inaugurado el próximo 9 de marzo, Día de las Personas Desaparecidas sin Causa Aparente.
La familia ha pedido que la escultura se instale a los pies del Cerro de la Virgen, en las inmediaciones de la Oficina de Turismo donde se vio por última vez a la joven, cuya habitación en la casa familiar se conserva tal y como cuando ella estaba, ha detallado Fernández, quitando un cambio de cortinas, y la pintura de las paredes en «el mismo color».
Al igual que el año pasado, vuelve a no haber un acto público de recuerdo este miércoles, a causa de las recomendaciones sanitarias por la pandemia del coronavirus, ha detallado el padre, quien ha relatado que, en cualquier caso, tanto él como su mujer siguen en contacto con amigos y conocidos de María Teresa, y que, en estos días, la homenajean en privado revisando fotos y recuerdos familiares.
Cuando se cumplen 21 años de aquella reunión que no se llegó a producir para asistir a la feria, no hay novedades de relevancia en la investigación sobre su paradero desde 2012, si bien el Juzgado de Instrucción 5 de Motril la mantiene abierta, y se revisan, según le comunicó recientemente la Policía Nacional, que estuvo en contacto en su momento con Interpol para este caso, «vías» que pudieran fructificar con algún dato concreto sobre lo que pudo pasar entonces.
María Teresa Fernández desapareció el 18 de agosto de 2000, cuando tenía 18 años, en la Avenida de Andalucía de Motril, en pleno centro de la ciudad, desde donde iba a encontrarse con unos amigos para posteriormente trasladarse hasta el recinto ferial, ubicado a unos dos kilómetros de allí.
Desde un primer momento, los padres descartaron la posibilidad de que María Teresa se escapara de casa porque no encuentran razones para ello. A parte de pistas que finalmente no llevaron a nada, apenas se sabe que la joven mandó un mensaje corto al móvil de su novio que decía: «puede que tarde pero voy, espérame».
Cuando se cumplieron 15 años de la desaparición, los padres de María Teresa Fernández solicitaron al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Motril los trámites para declararla como fallecida por cuestiones administrativas, al objeto también de «evitar futuros problemas con la herencia» a las otras dos hijas del matrimonio, según informaron en su día.