La acumulación de vacunas contra la COVID-19 por parte de algunos países puede tener un fuerte impacto en la trayectoria global del número de casos de COVID-19 y aumentar la posible aparición de nuevas variantes, según un estudio de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) y la Universidad McGill (Canadá) publicado en la revista ‘Science’.
«Algunos países, como Perú y Sudáfrica, que han sufrido graves brotes de COVID-19 han recibido pocas vacunas, mientras que muchas dosis han ido a parar a países que experimentan impactos pandémicos comparativamente más leves, ya sea en términos de mortalidad o de dislocación económica», resalta la coautora del trabajo, Caroline Wagner.
«Como era de esperar, hemos observado grandes descensos en el número de casos en muchas regiones con alto acceso a la vacuna, pero las infecciones están resurgiendo en zonas con baja disponibilidad», añade al respecto otro de los autores, Chadi Saad-Roy.
Los investigadores proyectaron la incidencia de los casos de COVID-19 bajo una serie de regímenes de dosificación de la vacuna, tasas de vacunación y supuestos relacionados con las respuestas inmunitarias. Lo hicieron en dos zonas modelo: una con alto acceso a las vacunas y una de bajo acceso. Los modelos también permitían acoplar las regiones mediante la importación de casos o la evolución de una nueva variante en una de las regiones.
En general, el estudio descubrió que el aumento de la distribución de vacunas dio lugar a una reducción del número de casos en las zonas de amplio acceso. «Como parece que las vacunas son muy eficaces para reducir la gravedad clínica de las infecciones, las implicaciones para la salud pública de estas reducciones son muy significativas», destaca otro de los responsables de la investigación, Michael Mina.
Los autores también se basaron en un marco desarrollado en su trabajo anterior para empezar a intentar cuantificar el potencial de evolución viral bajo diferentes esquemas de reparto de la vacuna. En su modelo, las infecciones repetidas en individuos con inmunidad parcial, ya sea por una infección anterior o por una vacuna, pueden dar lugar a la evolución de nuevas variantes.
«En general, los modelos predicen que el elevado número de casos en las zonas rurales con una disponibilidad limitada de vacunas dará lugar a un alto potencial de evolución viral. En un escenario plausible en el que las infecciones secundarias en individuos que han sido previamente infectados contribuyen fuertemente a la evolución viral, la asignación desigual de la vacuna parece particularmente problemática», advierte el autor principal, Bryan Grenfell.