Cada vez es mayor la preocupación sobre los okupas, no sólo por el aumento de la incidencia sino por lo desatendidos y desprotegidos que se sienten los ocupados, impotentes ante unas leyes que parecen más favorecer el delito que al perjudicado. Y no son figuraciones: vamos a ver los derechos que les apara y a los que se acogen los okupas si se instalan en su casa.
Por eso muchos han optado por contratar los servicios de antiokupas, un negocio muy lucrativo surgido de esta crisis pero que a muchos les ha servido para acelerar el proceso de desalojo o al menos tener más armas para luchar contra la ocupación.
8Los okupas se hacen fuertes
Los okupas ya son así residentes de esa vivienda, y como tales, no se puede intervenir salvo con una orden judicial. Comienza el infierno legal para el propietario de la vivienda. Y no puede hacer nada para presionar o intentar que los okupas se vayan, ni cortar suministros (que encima estará pagando él), ni cambiar la cerradura y mucho menos entrar o intentar entrar en su casa.
Cualquier cosa que vaya contra le ley, será un riesgo para el propietario, igualmente kafkiano: que el o los okupas te denuncien por delito de allanamiento de morada o de coacción. De ahí que lo único que se pueda hacer en este punto es presentar una demanda civil de deshaucio.