WWF reclama paisajes cortafuegos para prevenir los fuegos en Doñana

WWF ha reclamado a la Junta de Andalucía un plan para prevenir los incendios en Doñana (Huelva) y que incluya medidas específicas para crear ‘paisajes cortafuegos’, que consideran «imprescindibles para luchar contra los incendios de sexta generación», un tipo de incendios «claramente vinculados al cambio climático, que modifican las condiciones meteorológicas de la zona afectada y provocan tormentas de fuego».

Así, según ha indicado la organización en una nota, en varios de los municipios de Doñana, «el verano de 2021 será recordado por la cantidad de conatos e incendios que han sufrido», al tiempo que ha apuntado que «algunos de ellos han afectado espacios de alto valor ambiental como el que quemó cuatro hectáreas de la Reserva Natural Concertada de Dehesa de Abajo».

«Otros han llevado a considerar el desalojo de viviendas, como el ocurrido a mediados de agosto en Lucena del Puerto, que además ha calcinado unas 200 hectáreas», han añadido. En total, han subrayado que hasta el 22 de agosto «se han registrado entorno a medio centenar de siniestros forestales de acuerdo con los datos que ofrece el Plan Infoca a través de su cuenta de Twitter».

De este modo, desde WWF han explicado que la comunidad científica «los ha calificado como incendios de sexta generación», toda vez que han aseverado que en la península ibérica «ha aumentado el riesgo de sufrir oleadas de incendios con un comportamiento explosivo y extremo, que se propagan a gran velocidad». En este punto, han remarcado que Andalucía, «gracias al personal del Plan Infoca, se sitúa a la cabeza en cuanto a la eficacia de los equipos de extinción», de forma que la mayor parte de los siniestros se apagaron en fase de conato.

Sin embargo, han señalado que «las estadísticas confirman que invertir exclusivamente en apagar el fuego no necesariamente implica mejores resultados en los episodios con meteorología extrema, y que esta política de respuesta rígida a la ocurrencia de incendios contribuye indirectamente a fomentar episodios extremos –‘paradoja del fuego’–«.

Por ello, para complementar y ayudar en el trabajo de extinción, desde WWF apuestan, entre otras medidas, por la creación de ‘paisajes cortafuegos’, que ayuden a extinguir el incendio «mucho antes de que se produzca». «Para ello hay que transformar el territorio para que sea menos inflamable recuperando los paisajes tradicionales con pastos para usos ganaderos y cultivos extensivos, bosques autóctonos y masas forestales bien gestionadas».

En este punto, han destacado que un buen ejemplo de un ‘paisaje cortafuego’ es el proyecto para la recuperación de la zona afectada por el incendio de Las Peñuelas de 2017, en pleno Espacio Natural de Doñana, donde ardieron más de 10.300 hectáreas, incluidas áreas sensibles para especies amenazadas como el lince ibérico,» y que puso en serio riesgo a la población de Matalascañas, con unas 130.000 personas en peligro potencial».

Desde WWF consideran que este siniestro ha ofrecido «una oportunidad» para «poner en valor la necesidad de reducir el riesgo de incendio en espacios de alto valor natural y repensar otro territorio más diverso, menos vulnerable y donde los pinos ya no dominen el 88 por ciento del paisaje como ocurría antes del incendio».

OBJETIVOS

Así, han explicado que los expertos que elaboraron las directrices y el plan de restauración tras el incendio de las Peñuelas advirtieron que un siniestro «de similares características» podría darse en Doñana de nuevo, por lo que incluyeron entre los objetivos del plan el objetivo 03.02 «diseñar un modelo de distribución espacial de la vegetación en el territorio que disminuya el riesgo de incendios forestales».

Dicho objetivo contaba con dos medidas, una relativa a la zona específicamente afectada por el incendio –análisis de la gestión del riesgo de incendios forestales– y otra destinada a las actividades preventivas en la zona onubense de la Comarca de Doñana, –análisis del riesgo de incendios en la zona de alto riesgo (ZAR) Condado Litoral–.

«Es necesario integrar el análisis del riesgo de incendios en un marco geográfico mayor, de modo que se diseñe una estrategia de prevención a escala de paisaje, abarcando el ámbito comarcal del Condado Litoral. Este análisis deberá completar el diseño de medidas preventivas a la zona afectada por este incendio, así como a buena parte del Espacio Natural de Doñana».

Por ello, desde WWF creen que hay que evolucionar de un modelo centrado en «altas inversiones» para «avanzados» dispositivos de extinción, «que ignora los efectos del calentamiento global y la acumulación de combustibles», a otro modelo «que apueste por promover paisajes resilientes, vivos, rentables y mucho menos inflamable».

«Las estadísticas indican que siempre arden las mismas zonas tal y como vemos año tras año y si prosigue la misma tendencia de inacción en relación con las acciones de prevención, volverán a arder con una recurrencia de entre 10 y 20 años porque, junto con episodios de meteorología extrema, el gran desencadenante del fuego es el paisaje», ha señalado el coordinador de la Oficina para Doñana de WWF España, Juanjo Carmona.

Por ello, ha añadido, «no basta con tener a los mejores profesionales en la extinción, sino que hay que ayudarlos mediante un plan con acciones que permitan que el incendio no acontezca», a la par que ha apuntado que «desoír a la ciencia nos va a costar caro».

Por ello, desde WWF piden a la Junta «que actúe de formar urgente mediante un plan para para recuperar el bosque autóctono y diverso para reducir el riesgo de futuros grandes incendios».