WWF pide que la declaración de zona catastrófica por incendios incluya un plan de restauración integral

WWF aplaude la decisión del Gobierno de declarar algunas zonas afectadas por incendios forestales como gravemente afectadas por emergencias de protección, pero considera imprescindible que en estas zonas también se condicione la financiación a buenas prácticas y a una restauración integral, coherente y participativa.

La organización ecologista considera que esta declaración de zona gravemente afectada por emergencias de protección tras un incendio forestal en España contribuirá a evaluar y compensar daños. Si a esta nueva consideración se suma la amplia disponibilidad de fondos europeos de ‘Next Generation’, España se encuentra entonces ante una «magnífica ocasión», según la ONG, para impulsar un proceso que, además de facilitar la recuperación económica de la zona, cristalice en una restauración del entorno, que realmente contribuya a crear un paisaje mucho más resiliente a este tipo de catástrofes.

«La restauración posterior al incendio es una excelente oportunidad para generar paisajes menos inflamables, para revisar los patrones del paisaje quemado y evitar que vuelvan a ser pasto del fuego dentro de 20 ó 30 años. Los incendios que se produzcan en el futuro dependerán de las medidas de restauración que apliquemos a partir de ahora», señala WWF.

Para evitar nuevos incendios en el futuro, la ONG propone el ‘Paisaje mosaico cortafuegos’, que se logra con la recuperación de los paisajes tradicionales, que son aquellos donde existen pastos con usos ganaderos extensivos, masas forestales bien gestionadas, cultivos extensivos y bosques autóctonos.

«Desde WWF solicitamos que estas declaraciones de ‘Zonas catastróficas’ vayan ligadas a un Plan de restauración integral, que cumpla unos mínimos criterios para garantizar que se hace correctamente», afirma Luis Suárez, coordinador de conservación de WWF España.

Para lograrlo, Suárez considera indispensable un buen diagnóstico que analice el ecosistema afectado e identifique los riesgos ecológicos generados y priorice las áreas vulnerables sobre las que es necesario intervenir. Y que a partir de ello, se desarrolle un buen diseño de la restauración a través de un proceso participativo que integre tanto a la población local como a la comunidad científica.

PLAN DE RESTAURACIÓN

WWF establece siete criterios para restaurar una zona afectada tras un incendio forestal. El primer de ellos es que la estrategia de restauración debe tener carácter urgente: la evaluación de riesgos y daños, la protección del suelo para evitar procesos erosivos y la compensación de daños a quienes han visto reducido a cenizas su medio de vida.

A corto plazo, el plan de restauración debe revisar los patrones del territorio anteriores al incendio (para enmendar errores del pasado), fomentar la regeneración natural y poner la gestión y reactivación económica del territorio en primer plano: gestión forestal, ganadería extensiva, tierras de cultivo de Alto Valor Natural. Los territorios vivos, diversos y rentables son menos inflamables y más resilientes.

En tercer lugar, el plan de restauración debe perseguir un territorio mejor adaptado al fuego, que genere regímenes de incendios sostenibles tanto ecológica como socialmente, conciliando el aprovechamiento sostenible de los recursos, el secuestro de carbono, la conservación de la biodiversidad y fomentar el desarrollo rural de la comarca, según WWF.

Además, la población local y la sociedad deben tener un papel protagonista en la toma de decisiones y en el diseño de los nuevos paisajes cortafuegos, y considera imprescindible respetar los tiempos de la naturaleza, para adecuar las actuaciones y evitar impactos mayores tras el fuego.

Asimismo, WWF propone dotar al Plan de Restauración Integral del presupuesto suficiente para lograr los objetivos previstos, incluidas las labores de mantenimiento, seguimiento y evaluación necesarias a medio plazo.

Según WWF, el proyecto Mosaico, promovido por la Universidad de Extremadura y la Junta de Extremadura, tras el incendio de la Sierra de Gata en el año 2015, puede servir de referencia para diseñar una estrategia participativa de prevención de incendios basada en la recuperación de actividades agrícolas, ganaderas y forestales que gradualmente fijen población y recuperen un paisaje diverso y con menor riesgo.