Festival de San Sebastián tiene un impacto ambiental de 568,3 toneladas de CO2 por día

El Festival de Cine de San Sebastián tiene un impacto ambiental «elevado» durante su celebración, de 568,3 toneladas de CO2 por día, aunque «menor que el de otros eventos similares». Tras la elaboración de un diagnóstico ambiental, el certamen ha adoptado medidas para reducir su impacto en el Medio Ambiente como el uso de acreditaciones biodegradables, el establecimiento de puntos de reciclaje en sus oficinas, la eliminación de las papeletas para la votación del Premio del Público y el uso de alfombras rojas realizadas con materiales reciclados.

En rueda de prensa en la capital guipuzcoana, la coordinadora del proyecto de sostenibilidad del Zinemaldia, Amaia Serrulla, y la responsable de proyectos en transición ecológica de la empresa Naider, encargada del diagnóstico, Marta Iturriza, han presentado las principales conclusiones de la auditoría externa realizada para conocer el origen de la huella sobre el Medio Ambiente del certamen donostiarra y su organización y las medidas para actuar sobre ella.

Serrulla se ha ratificado en el «compromiso» del Festival de «seguir adoptando medidas para reducir la huella de carbono derivada del evento de nueve días en septiembre y de la actividad de la entidad durante el resto del año».

La empresa Naider ha realizado el diagnóstico ambiental del certamen que cuenta con 178.000 espectadores y 4.300 personas acreditadas. Para ello se ha medido la huella de carbono a partir de información pormenorizada de todos los ámbitos.

Además, se han realizado encuestas a todos los agentes vinculados con el Festival, así como una jornada de formación y capacitación con la plantilla y reuniones de seguimiento. Las categorías analizadas han sido la movilidad, los residuos, las contrataciones, la energía y el compromiso, según ha detallado Iturriza.

El estudio ha determinado que durante su celebración, el Festival tiene un impacto ambiental «elevado» de 568,3 toneladas CO2 por día, aunque en proporción «es menor que el de otros eventos similares». «Hace una década ya se efectuó un estudio para calcular la huella del certamen y, a pesar de que éste ha crecido de manera notable en número de películas, público y acreditados, el resultado no ha variado sustancialmente», ha explicado.

Según han indicado, el principal impacto ambiental deriva de la movilidad, que constituye el 75% de las emisiones, derivadas principalmente de los viajes internacionales realizados por las personas acreditadas de todo el mundo.

«Al ser un factor externo en el que la organización del certamen no tiene mucha capacidad de actuación, el estudio considera más viable activar la vía de la compensación de emisiones», ha explicado Iturriza.

Al respecto Serrulla ha indicado que están «estudiando propuestas en ese sentido» y mientras el Festival «seguirá fomentando el uso de coches eléctricos en su flota de vehículos», que, actualmente, «cuenta con ocho de un total de 30 para los traslados de invitados».

Durante los nueve días del Festival, se generan 4.852 kilogramos de residuos (principalmente papel, cartón y fracción resto), de los cuales el 9% se reutiliza y el 76% se recicla.

«Este apartado es, junto con la movilidad, el mayor desafío ambiental a afrontar, y pasa por la eliminación de productos de un solo uso, la priorización de materiales reutilizables, la recogida selectiva y la sensibilización de los asistentes, entre otras medidas», ha indicado la coordinadora del proyecto.

ACCIONES

Por ejemplo, este año la Diputación de Gipuzkoa suministrará al Festival moqueta fabricada con materiales reciclados para las alfombras rojas del Kursaal y del Victoria Eugenia, y al final de la edición, éstas se reciclarán en prendas de ropa u otros usos.

Asimismo, las 10.500 acreditaciones que expide el Festival serán biodegradables, seguirán potenciándose la separación y el reciclaje en las sedes del certamen y se suprimirán los vasos de un solo uso y las bolsas de plástico de la tienda, donde el merchandising textil (camisetas, bolsas, etc.) será de algodón 100% orgánico.

Además, el voto impreso del Jurado de la Juventud y del Premio del Público Ciudad de Donostia-San Sebastián se sustituirá por un sistema de votación digital. En lo referido a las publicaciones, el Festival ha apostado por eliminar algunas de las impresas o reducir la tirada, al tiempo que potenciará el uso y consulta de sus versiones digitales.

Por otro lado, en lo que respecta a las contrataciones, que también «generan un impacto importante por cuestiones como las infraestructuras, las traducciones o el personal técnico de iluminación y sonido», el certamen ya ha comenzado a incluir la variable verde en algunas contrataciones y como primeras medidas, cuando la situación sanitaria permita celebrar fiestas y eventos, «se primarán el catering de kilómetro cero y los envases reciclables».

En cuanto al impacto generado por la energía empleada en las proyecciones, la climatización de las salas y el gasto por alojamientos, la mayor parte del consumo se produce por terceros, es decir, en los espacios alquilados para celebrar el evento y en los hoteles, lo cual reduce la capacidad de incidir en las cifras de emisiones.

Sin embargo, el Festival ya ha comenzado la transición de la iluminación halógena a la tecnología LED en la mayor parte de las instalaciones que realiza en los exteriores del evento. En la presente edición, el 80% del total de la iluminación exterior del Festival se realizará a través de lámparas LED, lo que supondrá un ahorro energético del 75%.

Por otro lado, Serrulla ha indicado que se promoverá también la realización de programas públicos que sirvan para concienciar al sector en la materia. En esta edición, por ejemplo, organizará una mesa redonda sobre la distribución cinematográfica y los retos que deben asumirse para que ésta sea más sostenible. Además, desde hace años Greenpace concede el Premio Lurra a la película del Festival que mejor refleja los valores de paz y defensa del medio ambiente.

ENTIDAD

En cuanto al impacto ambiental del Festival como entidad durante todo el año, la huella de la entidad es de 1,1 toneladas de CO2 por día, destacando el margen de mejora en la movilidad por viajes de trabajo.

Al respecto, el Festival se compromete a estudiar medidas de compensación y, mientras tanto, a seguir priorizando, en la medida de lo posible, el tren y los viajes compartidos en furgoneta sobre los vuelos. En cuanto a la movilidad ‘in itinere’ de la plantilla del Festival, el 76% del personal escoge ir a pie, en bicicleta, autobús o tren.

Además, en las oficinas del Zinemaldia se han instalado estaciones de reciclaje al objeto de reciclar más del 90% de los residuos, al tiempo que se ha adquirido el compromiso de optimizar el uso de las impresoras ante el elevado consumo de papel. En lo referente a la energía de las oficinas, ya es 100% renovable.