Algunos piensan que la exvicepresidenta Carmen Calvo ha sido apartada del Gobierno por su «incompetencia». Sin embargo, lo cierto es que se trata de una de las más leales servidoras del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y es una de las pocas socialistas que se ha ido sin hacer ruido. Calvo está a la espera de que el líder del PSOE la lleve de la mano al Consejo de Estado para sustituir a la otra exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. Sin embargo, Calvo no tiene ninguna prisa. Ella espera que le paguen los servicios prestados antes o después. Y mientras tanto, la socialista ha decidido serle útil al partido como tertuliana en la Cadena SER, donde defenderá a capa y espada la gestión del Ejecutivo a la par que se mantiene a la espera de esa gran llamada.
Calvo ya tiene claro que su futuro pasa por el Consejo de Estado. Algunos se preguntarán qué preparación tiene la exvicepresidenta para recaer en este puesto. Otros darán por hecho que es el perfil ideal. Pero lo cierto es que Calvo y su preparación para el cargo de presidenta del Consejo de Estado es el mismo que el que tiene Isabel Valldecabres (su entonces jefa de gabinete) para ser directora de la Fábrica de Moneda y Timbre: poco o ninguno. Sea como sea, parece que el presidente del Gobierno, tal y como aseguran las fuentes del PSOE, ha prometido a la vicepresidenta este puesto, solo que tardará algo más de lo normal para no levantar demasiadas sospechas sobre el mercadeo de puestos públicos.
Calvo ha pasado unas largas vacaciones
Calvo ha pasado unas largas vacaciones, al igual que su némesis en el Gobierno y la razón por la que ambos han abandonado el Ejecutivo: el entonces jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo. No es casualidad que Sánchez acelerara la remodelación del Gobierno. Sin embargo, ya llega septiembre y con el inicio de curso la vicepresidenta no se ha querido quedar parada. Al igual que ha hecho el otro exvicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, Carmen Calvo se ha echado en manos de la SER para mantener su nombre encima de la mesa y para evitar que nadie la eclipse desde el anonimato, tal y como le está pasando al exministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana José Luis Ábalos. Calvo quiere que su nombre no desaparezca de los medios y sobretodo que no desaparezca del partido para que Sánchez no se olvide de que tiene una deuda por saldar.
Discutir con Pablo Iglesias en la radio a diario para que los españoles lo escuchen desde su casa o su coche es la estrategia elegida por la vicepresidenta para mantenerse activa y para tener un valor para el partido. El que haya dado este paso deja claro que, tal y como indican las fuentes de la formación progresista, su intención de defender al PSOE ante los medios apunta a que aún espera algo del partido al que ha pertenecido durante años. Ábalos, Redondo o Arancha González Laya no solo han dejado de tener un papel relevante en la vida pública sino que parece que se los ha tragado la tierra. A Calvo no. Y todo es porque la exvicepresidenta tiene la palabra del presidente de que será la próxima presidenta del Consejo de Estado.
El gabinete de Calvo, no solo la vicepresidenta, gozaba de la total confianza del presidente. Fue una sorpresa que Sánchez decidiera cargarse todo un equipo en el que confiaba. Sin embargo, poco después se ha dejado entrever que en realidad Sánchez no dejó caer en el olvido a su vicepresidencia primera, sino que los ha ido recolocando donde ha podido independientemente de su preparación. Valldecabres ha ido a la Fábrica de Moneda y Timbre ante el cachondeo de quienes la conocen (pues ella tiene que ver más bien poco con este departamento). Y a Calvo está a la espera de que Fernández de la Vega dé un paso a un lado y deje libre un puesto bien pagado y poco activo.
La exvicepresidenta es leal. Es la única cualidad que valora Sánchez. Esa y que no le hagan sombra bajo ningún concepto, motivo por el que la titular de Defensa, Margarita Robles, ha estado en el punto de mira más de una vez a pesar de haberse mantenido leal al presidente en todo momento, incluso cuando la expresidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz intentó ocupar el puesto de Sánche al frente del PSOE. Este concepto lo lucirá Calvo desde la Cadena SER en cada tertulia, pues a lo que va a esta emisora es a defender la gestión del Gobierno. Esa lealtad la ha mantenido incluso cuando el presidente la llamó con esa frialdad que tanto le caracteriza para anunciarle que no seguiría en el Ejecutivo. Y con todo esto, Calvo espera que al igual que ha pasado con su jefa de gabinete, el Gobierno le busque un acomodo que trascienda la legislatura. Y la presidencia del Consejo de Estado cumple con todos los requisitos.