La escritora chilena afincada en Barcelona Paulina Flores ha debutado en la novela con ‘Isla Decepción’ (Seix Barral), en la que el hallazgo del cuerpo de un marinero coreano flotando en el Estrecho de Magallanes es la puerta de entrada a la historia de la relación tormentosa entre Marcela y Miguel.
En un encuentro con periodistas este miércoles en Barcelona, Flores ha explicado que se ha inspirado en los casos reales de los marineros asiáticos que saltan de los barcos que cruzan por el estratégico estrecho, y ha descartado usar ese material en un formato de no ficción para ser «responsable» con la problemática.
«Me parece más sincero investigar el tema, que es en algún punto horroroso, pero no soy hombre ni marinera, nunca voy a estar en una situación como esa. Entender que no podía ser un relato más cercano al realismo y a la crónica fue liberador y me permitió entrar en un tono poético y atmosférico», ha comentado, y ha explicado que conoció la cuestión por los reportajes del periodista chileno Rodrigo Fluxá.
En el libro subyace una crítica a las condiciones laborales de la industria global: «La ropa que uno se pone, los móviles, todo lo está haciendo alguien ganando el mínimo en un país tercermundista, y yo vengo de un país así, por eso me llega de más cerca. La industria funciona así. Para comer deditos de salmón o atún muy baratos a la vuelta de la esquina, alguien tiene que pescarlos en alta mar por nada y arriesgando su vida».
Pese a investigar un problema real, Flores ha pasado del relato corto de su debut ‘Qué vergüenza’ a la novela, un proceso que según la autora ha sido «arduo» pero ha disfrutado trabajando el texto, palabra a palabra, durante casi cuatro años.
GEOGRAFÍA CHILENA
La escarpada geografía del sur de Chile está muy presente en el volumen, y Flores viajó personalmente para documentarse a Punta Arenas, en la Patagonia, la Araucanía (Chile) y a Busan (Corea del Sur), puerto desde donde salpa el marinero Lee.
«Fue genial estar en terreno, cumplí el sueño de escritor, de estar ahí investigando ‘in situ’. Me parecía importante escuchar el viento, saber qué me generaba», ha ilustrado.
En ese escenario, y tras el suceso que da inicio al libro, se desmadeja un argumento en el que Marcela, tras fracasar en el amor y renunciar a un trabajo que odia, abandona Santiago de Chile y visita a su padre en la Patagonia, donde descubre que Miguel, con quien tiene una relación compleja, mantiene escondido a Lee.
LENGUAJE DIALECTAL
Los personajes que habitan la novela, según Flores, representan formas de vida distintas, ya que «es sorprendente las distintas formas en que elige responsablemente vivir la gente», y uno de los temas que sobrevuelan el libro es el amor no romántico, entendido como el compañerismo, la amistad y el amor al presente.
Flores ha apuntado que, según su visión, «un relato no depende solamente del argumento, de las cosas que pasan y la acción, sino de jugar con todos los elementos como los sonidos, lo que pasa delante y detrás», y en ese sentido ha considerado el lenguaje dialectal que emplean los personajes como un elemento importante del texto.
Paulina Flores ganó el premio Roberto Bolaño con su primer volumen y ya está trabajando en el tercero, tras ser nombrada por la revista ‘Granta’ como una de las mejores 25 escritoras en español; reside en Barcelona desde enero para estudiar un máster en Escritura Creativa.