El Gobierno sopesa anunciar en octubre el fin de las restricciones

Ya se ha alcanzado el 70% de la población vacunada. La inmunidad de grupo está a las puertas a pesar de las consideraciones de los más pesimistas y el PSOE busca como el comer el anuncio del fin total de las restricciones. La idea que tiene el Gobierno es la de no tardar mucho en anunciar a los españoles que ya podrán entrar a un centro comercial sin la obligación de llevar mascarilla. El problema es que hay mucha parte de su electorado que aún es reticente a esta idea. Por eso, el Ejecutivo entiende que septiembre puede ser un mes de intermedio para amortiguar el anuncio que todos esperan: las restricciones pasarán a ser historia gracias al avanzado ritmo de vacunación en el país. El presidente espera que para entonces el nuevo objetivo de vacunación esté avanzado.

Dinamarca ha decidido levantar las restricciones pasados 10 días después de llegar al punto del 70% de la población vacunada

Dinamarca ha sido el país que ha puesto en relieve el debate del fin de las restricciones. La mascarilla ya forma parte de nuestras vidas pero en algún momento se tendrá que poner fin a esta «nueva normalidad» que tanto nos ha marcado. Este país nórdico ha decidido levantar las restricciones pasados 10 días después de llegar al punto del 70% de la población vacunada con la pauta completa. España alcanzó este punto a primeros de septiembre y el Gobierno ya busca como el comer lanzar el anuncio que todos esperan, en parte, para hacerse con la bandera de la libertad que se ha apropiado Isabel Díaz Ayuso. Ahora, el partido que levante más restricciones será el que obtenga más rédito electoral. Y el PSOE lo sabe.

Es cierto que el Gobierno quiere dejar un poco más de tiempo entre el anuncio del fin de las restricciones y la llegada al 70% de la población vacunada que el que ha dejado Dinamarca. También hay quien dice que es mejor ver cómo evoluciona la pandemia y atajar una nueva ola a finales de septiembre, tal y como asegura la científica Margarita del Val. Pero sea como sea, si no se disparan de nuevo los ingresos y las muertes, el Gobierno ve un octubre al más puro estilo de Iván Redondo: con fuegos artificiales y una puesta en escena digna de Hollywood para anunciar el fin definitivo de las restricciones.

El debate se ha puesto sobre la mesa desde que ha iniciado el nuevo curso, pero nadie se atreve a quitarlas porque más de un presidente autonómico sigue empeñado en imponer toques de queda y demás restricciones similares. La mascarilla es una de las obligaciones más tediosas, pero hay tantas que ya los españoles (al menos la mayoría de ellos) están cansados de sufrirlas.

La clave que maneja el Gobierno es doble. Primero, quiere asegurarse que no estalle una nueva ola «con los fríos», como dice Margarita del Val, que haga que todos se pongan en guardia de nuevo. Y segundo, el Ejecutivo quiere también cerciorarse de que el porcentaje de vacunación de la población se acerque lo más posible al 90%. El Gobierno da por hecho que a principios de octubre no llegará, pero si que confía en presentar una cifra que no deje lugar a dudas en su gestión y en que es el momento de levantar las restricciones, por si se tuerce.

Esta decisión tan relevante no solo esconde la búsqueda de beneficio electoral y de aliviar a los españoles. También busca quitar una bandera de la que hasta ahora se había apropiado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en referencia a la libertad. El PSOE, con barones como Ximo Puig a la cabeza, se ha hecho con la bandera de las restricciones y ha estigmatizado su mandato con una actitud algo más autoritaria de lo normal. El presidente de la Comunidad Valenciana ha sido un ejemplo de la estela que han seguido muchos socialistas cargada de toques de queda, imposiciones, limitaciones de reunión y otros derechos constitucionales que ha lastrado la imagen del partido a lo largo de toda la pandemia.

Si el PSOE se adelanta a Ayuso y es capaz de anunciar el fin total de las restricciones, el punto lo ganará Sánchez. Al menos esa es la lectura que hacen desde un Gobierno que espera dar el anuncio en octubre, como tarde.

Lo que ha hecho Dinamarca lo seguirán la mayoría de países europeos tan pronto lleguen a ese punto del 70% de la población vacunada. Los países nórdicos han sido los primeros en dar el paso mientras que Sánchez quiere esperar al 90%. Sea como sea, el anuncio primero del presidente del Gobierno diciendo que España ha llegado al objetivo de la inmunidad de rebaño, al menos al inicial, es una declaración de intenciones de que en no mucho tiempo habrá un anuncio del presidente al más puro estilo Redondo para dar el anuncio que los españoles llevan más de un año esperando.

LA POLÉMICA FECHA

El presidente del Gobierno maneja varias fechas. Pero octubre es un mes complicado. Si decide anunciarlo el 1 de octubre, los independentistas pueden eclipsar su gran evento de «fin de las restricciones». Sánchez (y todo su equipo en Moncloa) tiene claro que no hay que buscar fechas que hagan sombra a su gran anuncio porque pretende ocupar todas las portadas de los periódicos españoles. El 1 queda descartado, en principio, así como fechas posteriores a la resaca por el 1-O de Cataluña. Entonces, ¿qué tal el 12 de octubre?

Es fiesta nacional y algunos pueden hablar del día de la liberación. El problema es que el PSOE tiene claro que esta fecha, que sí es importante para algunos españoles, para los latinoamericanos es algo sensible por su extraño afán de identificarse a nivel nacional con los indígenas que habitaban América tras la llegada al nuevo continente de Cristóbal Colón. El partido tampoco quiere comentarios ni asociaciones extrañas, por lo que es posible que el 12 no sea el afortunado. Se buscará una fecha con ningún significado, previsiblemente a principios de mes, para tener las portadas y no levantar polémica.