¿Y si vuelve Eduardo Madina? Los «refugiados» del PSOE claman porque plante cara a Sánchez

Hay más de uno en el PSOE que no quiere a Pedro Sánchez al frente del partido porque entienden que su «egocentrismo» le ha llevado a cargarse las viejas estructuras de la formación. Estos nostálgicos recuerdan ese PSOE en el que cabía la discordia y sobretodo en el que había más nombres de peso en la plantilla. Desde que Pedro Sánchez tomó las riendas de la formación tras hundir a Susana Díaz, se ha tomado como algo personal el purgar las voces díscolas. Sin embargo, los refugiados socialistas tienen una pequeña esperanza: que el exsecretario general del Grupo Parlamentario Socialista Eduardo Madina dé un paso al frente y plante cara a Sánchez para hacerse con el control del PSOE. El conocido socialista no ha dejado la política. Y pese a que las fuentes de su entorno aseguran que no tiene intención de volver, hay quien en el PSOE repite su nombre como la única esperanza del partido para acabar con el «sanchismo».

A Madina le cuesta desengancharse de las primeras planas y de su buena relación con los medios afines al PSOE. En estos grupos también hay gente que ven en él la única esperanza para tumbar a Sánchez; y sobretodo para que el hipotético sucesor del actual presidente del Gobierno no sea una elección directa y a dedo del líder socialista. Madina ha salido en los medios plantando cara al presidente de Vox, Santiago Abascal. Esto ha sorprendido y emocionado a los refugiados socialistas que claman por su vuelta y ha contribuido a agitar los rumores en Ferraz de su vuelta. Evidentemente, nadie se plantea que Madina salte al ruedo antes de las próximas generales, pero sí que se masculla la celebración de unas primarias en la formación en poco más de dos años por una previsible debacle electoral socialista en noviembre de 2023 anunciada por las encuestas.

Fuentes de Ferraz aseguran que Sánchez ha emprendido una purga en todos los territorios. Según esta información, el presidente del Gobierno quiere anular toda amenaza posible tanto en el partido como en las delegaciones territoriales para evitar que vuelva a pasar lo que ocurrió en las horas más bajas de Sánchez, en las que Susana Díaz se alió con otros barones socialistas para echar por la fuera al entonces líder del partido. Esto pasa por vigilar de forma obsesiva cada paso que se dé en las principales ciudades españolas y en las comunidades autónomas (la victoria de Juan Espadas en Sevilla es prueba de ello, así como el posicionar a Felipe Sicilia en un puesto de relevancia en el PSOE andaluz).

En este contexto, cada vez son más las voces del PSOE que temen que el presidente acabe con todas las voces díscolas y prometedoras del partido. Lo temen también por la segunda obsesión que caracteriza al líder del PSOE: no soporta que haya perfiles políticos que destaquen más de la cuenta a nivel mediático, según quienes le conocen. Que se haya echado sin honores a Iván Redondo, el antiguo jefe de gabinete del presidente del Gobierno, es prueba de ello, pues había aglutinado demasiado poder. Como pasó con Redondo, cualquiera que destaque más de la cuenta corre el peligro de ser decapitado políticamente. Otra prueba de ello es el cese total del exministro de Transportes José Luis Ábalos.

Que no haya entrado al juego con Sánchez y se haya mantenido al margen es un «movimiento inteligente»

Madina se retiró antes de que Sánchez empezara a cortar cabezas y sobretodo ha dejado la política con su prestigio político intacto. Que no haya entrado al juego con Sánchez y se haya mantenido al margen es un «movimiento inteligente», según las fuentes, que podría dar la vuelta al tablero en caso de que se celebraran primarias tras las próximas generales.

Solo han hecho falta unas palabras en un medio de comunicación para despertar el entusiasmo de muchos en Ferraz. Unas palabras que iban en contra del presidente del partido de extrema derecha. «Siento profunda vergüenza al escuchar al señor Abascal. Lo primero que ha dicho es «no podemos acoger a nadie, que no vengan aquí». ¿Esto es todo lo que tiene que decir este tipejo? ¿Esto es todo lo que tiene que aportar su partido político sobre este tema?». Con este gesto ha conseguido despertar lo que ya estaba: la esperanza de que salga a la luz un contrincante que acabe con el sanchismo.