El joven acusado de asesinar a su padre reconoce la autoría del crimen

El joven acusado por apuñalar mortalmente a su padre en octubre de 2019 en Almería ha reconocido este miércoles el crimen ante el jurado popular que le juzga por asesinato, tras lo que el fiscal ha modificado su escrito provisional de acusación y ha rebajado la pena de cárcel que pide para él.

El Ministerio Público ha apreciado que, al margen de la agravante de parentesco, concurre la atenuante muy cualificada de confesión y frente a los 21 años de prisión que interesaba inicialmente, ha solicitado 13 años de cárcel mientras que ha mantenido la medida de libertad vigilada por periodo de siete años.

En la primera sesión de la vista oral ante el tribunal de jurado que preside el presidente de la Audiencia Provincial, el magistrado Luis Columna, el fiscal también ha modificado de dos años a seis meses de cárcel la pena solicitada por un delito contra la salud pública, por el que pide, además, multa de 806 euros.

Los hechos tuvieron lugar hacia la medianoche del 13 de octubre de 2019, cuando el acusado acudió a casa de su padre en la zona próxima a Cruz de Caravaca, con el que había convivido hasta fechas recientes.

Según el auto de hechos justiciables, el jurado popular, al que se le hará entrega este jueves del objeto de veredicto, debía determinar si J.M.P actuó con premeditación al acudir al domicilio paterno con unos guantes de látex y un cuchillo de cocina de unos 15 centímetros «con intención de causarle la muerte» o si solo acudió a la vivienda a recoger unos enseres personales y una vez allí, se inició una discusión tras ser increpado por su padre.

Debían determinar si el acusado habría aprovechado que su padre se encontraba viendo la televisión para efectuar un ataque «por sorpresa» por la espalda, con una primera cuchillada en el pecho, otra en el cuello y después otras 25 tras caer al suelo la víctima o si, por el contrario, previamente se inició una discusión por la que «el padre recibió una puñalada en el corazón».

La Fiscalía sostiene que el supuesto parricida, que confesó los hechos ante la Policía tras su arresto, habría accedido a la casa de su padre con unas llaves cuando la víctima, de 56 años, se encontraba en el salón sentado en un sillón mientras veía un programa de televisión.

Según sostiene el Ministerio Público, el acusado se ubicó a las espaladas de su padre y «con el fin de causarle la muerte, con el cuchillo que portaba, le asestó una primera puñalada en el tórax a la altura del corazón».

A pesar de dicha agresión, la víctima habría podido levantarse y caminar unos pasos, momento en el que su agresor dio «una segunda puñalada en el cuello, cayendo ya la víctima al suelo». Ante los «síntomas de vida» que aún mostraba la víctima, el acusado le habría asestado «una secuencia de puñaladas por varios puntos del abdomen» hasta un total de 25 cuchilladas para asegurarse de que «había acabado con su vida».

En esta línea, según la acusación, habría tratado posteriormente de limpiar la escena del crimen y sus huellas con varios productos de limpieza y utensilios que encontró en la cocina. Del mismo modo, habría tratado de dejar falsas pistas, para lo que «cogió un cuchillo de unos diez centímetros de hoja, lo impregnó de la sangre del fallecido que se hallaba derramada por el suelo y lo dejó junto al cadáver».

Tras lavarse las manos, el presunto autor del crimen recogió todos los utensilios que usó para dar muerte a su padre como el cuchillo de la agresión, guantes, toallas, papel higiénico y una camiseta, los metió en una bolsa que llevó consigo y abandonó inmediatamente la vivienda, según el relato fiscal.

El joven, que fue detenido apenas una semana después del crimen, guardaba en casa de su abuela útiles y herramientas para la preparación de plantas de marihuana con destino al tráfico ilícito.

En dicha residencia la Policía Nacional intervino 12 bolsas de plástico con sustancias en su interior seis envoltorios pequeños y varios botes de cristal con cannabis. En total, 317,8 gramos, que habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de 1.612 euros.

INVESTIGACIÓN POLICIAL

El presunto parricida, detenido pocos días después de la aparición del cadáver, se habría «obcecado» después de mantener una fuerte discusión con su padre la noche de los hechos tras haber soportado «años de malos trato», tanto él como su madre, según la versión dada a la Policía y que el joven habría ofrecido a los agentes poco después de su arresto.

Fuentes de la investigación apuntaron los supuestos maltratos sufridos por el joven, que aún vivía con su padre, y por la madre, con la que ya no convivía. En este sentido, el detenido tampoco aprobaba una relación que su progenitor había iniciado recientemente, lo que habría desencadenado una discusión días atrás.

El joven confesó el crimen en dependencias policiales tras encontrarse ropa en su vivienda con restos de sangre de la víctima. Así, se reveló como uno de los principales sospechosos después de que fuera situado en la escena la noche de los hechos, algo que «en una primera declaración policial negó a los agentes».

Tras un registro «exhaustivo» en la vivienda del presunto parricida, la Policía Nacional halló varias prendas de ropa con restos de sangre de su padre muerto. En este sentido, y durante una segunda declaración en la Comisaría Provincial, el joven «de manera espontánea» confesó «el crimen y su autoría».

Los agentes descubrieron el cadáver del varón en el interior de su vivienda, en posición decúbito prono en el suelo del salón, y sobre un gran charco de sangre. Cerca del finado, los investigadores hallaron un cuchillo de cocina de grandes dimensiones manchado de sangre. A pesar de estos indicios, en un primer momento la muerte se achacó erróneamente a un suicidio.

El cuerpo sin vida fue encontrado poco antes de las 9,50 horas del día 13 por la pareja del fallecido, quien alertó a los servicios de emergencias. Según los testigos, el hombre había vuelto solo a su casa ubicada en la calle Alcor de la capital la noche anterior tras haber salido.