El Libro Beige de la Fed constata una leve desaceleración económica

El Libro Beige de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), un documento que proporciona una evaluación de la economía detallada por los 12 bancos centrales regionales estadounidenses, ha constatado en su último informe una leve desaceleración en el crecimiento económico del país entre julio y agosto.

El documento señala que los sectores más sólidos de la economía estadounidense en este periodo han sido la industria manufacturera, el transporte, los servicios no financieros y el ‘real state’ residencial. La desaceleración en la actividad económica se ha debido en gran parte al mal rendimiento el turismo y la hostelería en la mayoría de distritos analizados como consecuencia del aumento de casos por la variante Delta y, en algunos casos, restricciones de viajes internacionales.

En términos de empleo, todos los distritos observados en el análisis han reportado buenos datos, consolidando una recuperación laboral que ha pasado de ser «leve a fuerte». No obstante, el documento ha advertido que si bien la demanda de trabajadores ha continuado fortaleciéndose, todos los distritos analizados han acusado «escasez laboral» que ha llevado incluso a impedir la actividad de determinados negocios.

De su lado, la inflación se ha mantenido en un nivel estable a un ritmo elevado, puesto que la mitad de los distritos analizados se han caracterizado por un incremento de precios fuertes mientras que la otra mitad han constatado aumentos moderados.

La Fed señala que la escasez generalizada de recursos han derivado en presiones sobre los precios de varios insumos de una forma generalizada. Así, la mayoría de los distritos han observado un aumento sustancial en el coste de los metales y los productos a base de metales, servicios de transporte y materiales de construcción.

De hecho, la institución indica que «incluso a precios muy elevados, muchas empresas informaron tener problemas para obtener insumos clave». En este contexto, las empresas de varios distritos han trasladado las presiones inflacionarias a los precios finales de productos y servicios, que podrán incrementarse en los próximos meses.