José Luis Martínez Almeida afronta su ‘restyling’ político a golpe de cese

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, tiene claro que algo va mal en su trayectoria política. Hay cantos de sirena que han convencido al regidor de la capital de que su imagen política se ha hundido durante este verano y ha optado por obedecer a estos «hombres y mujeres de confianza» que le han recomendado cambiar de equipo. El ‘restyling’ del alcalde ha pasado por apartar a nivel interno a todo el que tuviera la mala suerte de caminar frente al despacho del regidor. No ha seguido un criterio especialmente claro. Lo mismo ha cesado al CEO de Madrid Destino, Fernando Bezo, tras tan solo dos años en el cargo como ha apartado de la «Corte» a su principal asesor, Ángel Carromero. Almeida se ve desamparado, sin apoyos, en caída libre y sin proyección en un momento en el que la guerra entre el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad se recrudece. Incluso se ha echado en manos de los concejales díscolos de Más Madrid para salvar los muebles. La crisis está servida y el alcalde tira de cese para solucionarla.

Fuentes del Ayuntamiento de Madrid dejan claro que «algo se mueve» dentro del Consistorio. Y más ahora. La clave está en que Almeida ha pasado de ser el alcalde de moda a uno más dentro del Partido Popular. El portavoz del PP se ha acercado todo lo que ha podido a Pablo Casado y busca huir de las consecuencias de no haber apoyado las pretensiones políticas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; especialmente ahora que la dirigente autonómica ha dejado clara su intención de presentarse para presidir el PP de Madrid. En cualquier caso, Almeida entiende que es el momento de rearmarse. La clave es saber por qué el alcalde ha considerado que no estaba en condiciones de seguir con parte del equipo que tenía para cambiar de caras. Funcionar, funcionaba.

La idea de Almeida es la de cambiar a algunos de sus principales asesores, así como dejar disponibles algunos puestos clave dependientes del Consistorio, para afrontar lo que resta de legislatura de otra manera. El alcalde se tiene en alta estima y tiene aspiraciones políticas que trascienden mucho más de la alcaldía de Madrid. De hecho, su ambición ahora pasa por conseguir un ministerio por la gracia de Pablo Casado. En cualquier caso, hay quien en el PP no entiende por qué hay que hacer cambios como el apartar a Fernando Bezo de Madrid Destino para facilitar ese objetivo. Lo que cuentan las fuentes es que este cese no tiene como objetivo el acabar con la presencia de Bezo en el Ayuntamiento, sino que busca dejar disponible un puesto tan goloso y tan bien pagado como la presidencia de Madrid Destino para rearmar el equipo a golpe de favores.

Junto a Bezo, Almeida ha hecho otros movimientos. El que era el núcleo duro del alcalde ya ha pasado a mejor vida. El alcalde ha intentado que no se notara mucho que estaba inmerso en un proceso de restyling motivado por algunos de sus asesores más ambiciosos, pero el problema es que los ceses han cantado más de la cuenta. Hasta el propio Almeida ha salido a desmentir lo evidente y ha asegurado que él no ha tenido nada que ver con el cese de Bezo. Pero el núcleo duro del alcalde merma con vistas a que lleguen nuevos refuerzos. Y la clave en todo esto la tiene Ayuso.

Todos hablan de la opinión de Almeida en asuntos como las agresiones homófobas pero pocos hablan de su proceso de cambio

Al mismo tiempo que el alcalde ha dedicado tiempo a cesar después del verano a quien ha considerado, Almeida también lo ha acompañado de una buena dosis de entrevistas en los medios para intentar apaciguar la información en referencia a su restyling. Almeida ha arengado a las masas políticas del Consistorio con sus palabras, pero ha conseguido desviar la atención de los procesos y cambios del Ayuntamiento con una serie de «peros» en referencia a los temas de rabiosa actualidad. Y parece que lo ha conseguido. Todos hablan de la opinión de Almeida en asuntos como las agresiones homófobas pero pocos hablan de su proceso de cambio y de la preparación para una nueva etapa.

Tampoco ha ayudado el hecho de que el alcalde haya tenido que «tragar» con todas las enmiendas de los concejales díscolos de Más Madrid para llevar a cabo su proyecto de Madrid 360. Todo parecía llevar a Almeida a un otoñal desastre político, pero este grupo mixto ha sabido presionar al alcalde con lo que habría sido su mayor desastre político desde que llegó a la alcaldía de Madrid. Sin embargo, la lectura ue hacen desde el PP a nivel interno es la de que el alcalde ha fracasado. El propio Almeida así lo ve y esto también le ha llevado a hacer todos estos cambios internos que ha ilustrado el restyling del alcalde.

También la maquinaria de prensa del alcalde echa humo. Todo por conseguir apaciguar los ánimos sobre lo que es una revolución interna. Hay enfrentamientos con la vicealcaldesa Begoña Villacís, con el PP de Ayuso y con cualquiera que se precie. Entretanto, Almeida ha pasado de ser aplaudido por la calle a perder fuelle. Y más ahora que este verano le ha dejado tocado. El problema es que no parece que el alcalde tenga un plan B que vaya mucho más allá de cortar cabezas por los cantos de sirena que se escuchan en Cibeles. Los más jóvenes parecen haber condicionado considerablemente los pasos del regidor más famoso del país. El problema es que ya es más Ada Colau que cualquier otra cosa y el alcalde ya considera opciones como la de acabar en un ministerio por la gracia de Casado.