La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) ha acusado a la Xunta de llevar a cabo «una nueva manipulación» sobre el polémico vaciado de los embalses de la cuenca después de que miembros del Ejecutivo gallego hayan acusado a la entidad dependiente del Estado de actuar en «connivencia» con las empresas concesionarias de las presas.
En un comunicado remitido a los medios este lunes, el organismo que dirige José Antonio Quiroga censura que la Administración autonómico «lleva cambiando de criterio en las últimas semanas por lo menos en tres ocasiones»: primero cuando esgrimían «que nadie los había avisado» sobre el vaciado de los embalses, «después que si tuviesen las competencias no permitirían» estas bajadas de nivel y, por último, «aludiendo a una supuesta connivencia de la confederación con las concesionarias».
Así, la CHMS considera «evidente» que la Xunta supo, de la mano de la empresa concesionaria, del vaciado de los embalses de Cenza y Portas en el mes de junio pero «no comenzó a visitar los embalses hasta el 20 de agosto como consta en los expedientes sancionadores» abiertos por el Gobierno gallego.
De este modo, censura que la Xunta «dejó pasar más de 70 días sin hacer nada» pese a ejercer las responsabilidades en medio ambiente, al tiempo que sostiene que la CHMS «no tiene competencia ninguna para evitar la bajada de niveles de agua embalsada a menos que afecten a las normas de explotación de los embalses».
A renglón seguido, la CHMS recuerda que ha abierto «expedientes informativos» a las empresas concesionarias de embalses que presentan niveles bajos y que «a día de hoy no se detectó incumplimiento de las normas de concesión y explotación de las citadas presas».
Así las cosas, considera «una nueva manipulación» la «connivencia» entre el organismo estatal y las empresas que apuntó la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, en un acto del Partido Popular celebrado el pasado viernes 10 de septiembre.
«Utilizar el agua y el medio ambiente como arma de confrontación política muy grave, no asumiendo las competencias en medio ambiente que le fueron transferidas en su día y dando una imagen de que el único que importa a la Xunta de Galicia es hacer ruido y enlamar en lugar de preservar y defender el medio ambiente», concluye Quiroga.