Un estudio advierte de la «caída libre» del derecho a la libertad religiosa en el mundo

El Informe de Libertad Religiosa en el Mundo, elaborado por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (CAN), advierte de la «caída libre» de este derecho en los últimos años, para todos los credos, con vulneraciones en 62 países y graves violaciones para 5.200 millones de personas, el 67% de la población mundial.

La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha acogido este viernes la presentación, en la Comunidad Valenciana, de este estudio que cada dos años analiza la situación del derecho a la libertad religiosa –recogido en el artículo 18 de la Declaración de Derechos Humanos– en 196 países del mundo. La presentación ha corrido a cargo de la portavoz de la fundación, Raquel Martín.

El estudio tiene en cuenta el respeto o vulneración de este derecho para todas las religiones y su primera edición fue en 1999. Desde entonces, según Martín, se ha registrado una «caída libre» y «cada año se vulnera más en todos los países del mundo».

De acuerdo al estudio, en 62 países del mundo, el 31,6%, se viola la libertad religiosa: 36 países sufren discriminación y 26 sufren persecución. En total, el 67% de la población mundial –5.200 millones de personas– viven en países con graves violaciones de la libertad religiosa. En 30 países se han cometido asesinatos por causa de fe desde 2018, cuando se publicó el último informe.

Martín ha destacado que este año «muchísimos países entran en este tenebroso club de países perseguidores», mientras que en los que históricamente siempre han figurado «la situación ha ido a peor». Todos ellos, ha lamentado, conforman un «mapa de la impunidad» donde están clasificados en amarillo (discriminación) y rojo (persecución). «Detrás de cada color hay un auténtico martirio y, en muchos casos, exterminio», ha añadido.

«QUIÉN ATACA»

Sobre «quién ataca» y ejerce estas vulneraciones, el informe distingue tres tipos de autores: por un lado los gobiernos autoritarios, en 43 países, encabezados por China y Corea del Norte; el extremismo islamista, en 26 países entre los que Martín ha destacado al Daesh y a Boko Haram, y nacionalistas étnico-religiosos en cuatro países, como en India.

Esta última categoría se corresponde a los grupos que «fomentan, presionan e imponen una determinada religión», hasta el punto de que las personas no son consideradas ciudadanas de pleno derecho si no creen lo que se les dice. En el caso de la India, Martín ha explicado que el «partido nacionalista extremo identifica nacionalidad indio con hinduismo y está haciendo asfixiante la vida de cristianos y musulmanes».

ÁFRICA, CAMPO DE BATALLA DEL YIHADISMO

Asimismo, Raquel Martín ha hecho hincapié en la «crítica» situación de África, donde el 42% de países violan la libertad religiosa y 12 llevan a cabo una persecución extrema. El continente, ha explicado, está «sufriendo uno de los mayores procesos de radicalización islámica del mundo en los últimos años», al haberse retirado el Daesh de Siria e Irak y ganar posiciones en África subsahariana, donde «aprovechan la marginación» para «infiltrarse» en sus estructuras.

El informe revela un incremento de la presencia de grupos como Boko Haram, Al Qaeda, Al Sabaab e ISIS. Martín ha puesto como ejemplo Burkina Faso, que en 2018 no se encontraba ni siquiera en esta clasificación, pero en los últimos años se han instalado grupos milicianos que juran libertad al Estado Islámico y que han hecho que «el 60% del territorio sea inaccesible en 2020».

Situación similar a la de Mozambique, que ha pasado de una clima de «convivencia y paz», con una mayoría cristiana, a recibir grupos del Daesh por el norte y lamentar la muerte en los últimos tres años de más de 2.500 civiles, muchos de ellos niños.

En este contexto, Martín ha advertido que «el yihadismo aspira a convertirse en un califato transcontinental y ha salido de Oriente Medio en busca de territorios».

ASIA

Sobre Asia, ha lamentado que casi todos los países llevan a cabo persecución religiosa, con «una presencia cada vez más acosadora del nacionalismo ultrarreligioso», y con India como «uno de los países más agresivos del mundo» en ese sentido, donde las personas que no practican hinduismo quedan fuera de ayudas y se consideran extranjeras. Ha alertado además de que países como Pakistán y Myanmar están «exportando» este modelo.

También se ha referido a China y Corea del Norte, donde gobiernos totalitarios instauran «campos de concentración». «En el informe, se habla ya de exterminio en Corea del Norte», ha afirmado. Asimismo, Martín ha señalado que en China se lleva a cabo una «persecución tecnológica», con cámaras con sistemas de reconocimiento facial que, según la responsable de la fundación, vigilan las prácticas religiosas de la ciudadanía.

AFGANISTÁN

Interpelada sobre la situación de Afganistán, la responsable de la fundación ha explicado que el informe se publicó en abril, previa a la escalada al poder de Al Qaeda, aunque ya advertía entonces que la situación estaba empeorando.

Ha recordado que el país ahora se rige por la Sharia. «Sabemos que hay cristianos pero están en la absoluta clandestinidad. Ni siquiera se lo dicen de padres a hijos de manera clara por si se descubre en las escuelas», ha afirmado. Además, ha detallado que el único sacerdote católico oficial y público en el país, Giovanni Scalese, de la embajada de Italia, tuvo que dejar el país.

AMÉRICA Y EUROPA

Respecto al resto del mundo, en el informe de este año aparecen por primera vez tres países de América: Venezuela, Cuba y Nicaragua. En los países de la OCD no hay ningún estado en nivel amarillo y rojo para este informe, aunque sí algunos «en observación». Martín ha citado al Papa Francisco para referirse, en Occidente, a una «persecución educada», don delitos de odio o referente a la «libertad de conciencia y educación».

A preguntas de los medios sobre España y la Unión Europea, Raquel Martín ha negado que sea uno de los países «en observación» y «bajo lupa», al tiempo que ha destacado que en España la libertad religiosa está protegida constitucionalmente. La representante de la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada ha puntualizado, no obstante, que «pueden ser motivo de preocupación» cuestiones como «el interés por cambiar la aconfesionalidad del Estado», «la exclusión de la asignatura de religión» o «la libertad educativa».

IMPACTO DE LA PANDEMIA

Finalmente, Raquel Martín se ha referido a las consecuencias que la crisis social y sanitaria del coronavirus ha tenido en el derecho a la libertad religiosa. Ha aseverado que, por un lado, en algunos países se ha dado una «limitación desproporcionada de la práctica de culto».

También ha señalado que la pandemia ha conllevado en algunos países la «estigmatización religiosa» de grupos de personas que se han tachado como causantes de la propagación del virus. Además, ha señalado que la situación global ha sido aprovechada por el yihadismo en zonas «sin control» y con estructuras gubernamentales débiles, como en Nigeria, y que se ha registrado la «negación de ayuda humanitaria» a personas por su religión, por ejemplo Pakistán con los cristianos, ha afirmado Martín.