España y Francia urgen a actuar ante el alza de la luz

La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y el ministro de Finanzas de Francia, han urgido este lunes a dar una respuesta europea al incremento de los precios de la energía, mientras que la Comisión Europea prefiere no «sobrerreaccionar» y opta por encontrar un «equilibrio» para no perjudicar la transición ecológica y la descarbonización del bloque.

A su llegada a la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) en Luxemburgo, tanto Calviño como Le Maire han defendido que atajar la escalada de los precios de la electricidad debe ser una «prioridad máxima» para los Veintisiete porque, en palabras del galo, es «insoportable» para hogares y empresas.

«Hemos propuesto un conjunto de iniciativas y vamos a seguir defendiendo una respuesta urgente y una respuesta fuerte por parte de las instituciones comunitarias», ha reclamado la española en declaraciones a la prensa, en referencia a las propuestas que ella misma y su homóloga de Transición Ecológica transmitieron hace dos semanas a Bruselas en una carta.

Calviño ha celebrado que la postura del Gobierno español sobre este asunto «cada vez cuenta con un apoyo más fuerte por parte del resto de Estados miembros» y ha defendido que es «fundamental» garantizar la estabilidad de los mercados internacionales y «evitar un impacto negativo sobre los ciudadanos y la competitividad» de las empresas.

Le Maire, por su parte, ha subrayado que el aumento del precio de la luz «es claramente un asunto de gran preocupación» porque es «injusto, ineficiente y costoso». «Es necesario actuar y tomar decisiones», ha reivindicado, antes de criticar que el precio de la electricidad en el sistema europeo actual estén tan «vinculado» con el precio del gas.

Ante esta situación, París ha señalado que debe existir una «mejor regulación» del mercado y las reservas de gas y también crear un «vínculo directo» entre el coste de producción de la electricidad en cada país y el precio pagado finalmente con el consumidor, a través por ejemplo de contratos a largo plazo o tarifas reguladas.

Fuentes del departamento dirigido por Le Maire han explicado que Madrid y París tienen la «misma voluntad de cambiar las cosas que no funcionan» en el mercado actual, pero también comparten «los medios para conseguirlo».

Otro ministro que se ha mostrado favorable a una respuesta decidida por parte de la UE a la situación actual en el Eurogrupo ha sido el griego, Christos Staikouras, quien ha advertido de que el aumento de la factura eléctrica «amenaza la recuperación y perjudica a la transición verde». «Tenemos que adoptar medidas concretas a nivel europeo», ha dicho.

BRUSELAS OPTA POR LA CAUTELA

El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ha reconocido que es necesario «actuar» para ayudar a los hogares «más vulnerables» y ha recordado que Bruselas está preparando un documento que recoja todas las medidas que ya pueden adoptar los Estados miembros sin incumplir la normativa actual.

No obstante, el italiano ha añadido que las medidas que se adopten como respuesta inmediata a la escalada de precios no pueden ser «contradictorias» con la «senda» establecida para descarbonizar las economías del bloque. «Hay que encontrar un equilibrio entre la necesidad de dar una respuesta inmediata y que estas respuestas no sean contradictorias con nuestros objetivos a medio plazo para la transición climática», ha argumentado.

En esta línea, el comisario de Economía se ha mostrado partidario de «reaccionar pero no sobrerreaccionar» porque la UE cuenta con una estrategia verde que es «esencial» para su futuro económico y también para el planeta.

«Cuando surge un problema en un entorno económico muy positivo hay que reaccionar, pero hay que evitar una reacción que socave la transición ecológica y los esfuerzos para descarbonizar nuestras economías», ha insistido.

Más allá del precio de la energía, Gentiloni ha remarcado que «los elementos temporales todavía son predominentes» en el repunte del nivel de precios en la eurozona, aunque ha señalado que la inflación es algo que Bruselas vigila «muy seriamente y con exactitud».