Greenpeace pide a los líderes mundiales que se comprometan en la protección del 30% de los océanos de aquí a 2030

Activistas de Greenpeace han reclamado a los líderes mundiales que se comprometan a proteger el 30 por ciento de los océanos de aquí a 2030 y acciones valientes para proteger la Antártida.

Con motivo de la conmemoración del 30 aniversario del Protocolo de Madrid del Tratado Antártico activistas de Greenpeace han circulado en bicicleta con remolques-pancarta, acompañando a los coches oficiales de los representantes políticos a su llegada al Museo Arqueológico Nacional, en las pancartas, los representantes políticos podían leer en castellano y en inglés: «Dejad las excusas y salvad los océanos ya» o «¡Necesitamos nuestros océanos y nuestros océanos os necesitan, actuad ya!» junto a imágenes de la Antártida y su biodiversidad.

La ONG denuncia que tres décadas después de la protección de la Antártida, menos del 3 por ciento de todos los océanos están protegidos y menos del 1 por ciento lo están adecuadamente.

Así, rememora que el Protocolo Antártico sobre la protección del medio ambiente supuso un hito diplomático sin precedentes con la moratoria de la explotación minera y petrolífera del continente.

Con motivo de la efeméride, Greenpeace reclama a los gobiernos que asisten este lunes al acto que se comprometan a proteger «totalmente» al menos el 30 por ciento del océano para 2030″ y a destinar recursos diplomáticos, al más alto nivel, para finalizar las negociaciones para un Tratado Global de los Océanos sólido en la próxima conferencia de la ONU, prevista en marzo de 2022.

La que fuera responsable de la campaña global para la protección de la Antártida de Greenpeace España cuando se firmó el Protocolo de Madrid en 1991, María Luisa Toribio, ha destacado que la campaña para la protección de la Antártida demostró que es posible lograr acuerdos ambiciosos.

«Los gobiernos supieron escuchar y hacer realidad lo que pocos años antes parecía inalcanzable. Espero que las y los líderes de hoy estén a la altura, que escuchen a la ciudadanía y a la ciencia, y tengan la audacia de poner la protección de los océanos por delante de la explotación de los recursos naturales», ha apelado.

Por su parte, la responsable de la campaña de océanos de Greenpeace, Pilar Marcos, ha explicado que la pandemia COVID ha retrasado la última ronda de negociaciones del Tratado Global de los Océanos que supondría la protección de la alta mar. «Este proceso se inició en el año 2002 y que dada la emergencia ambiental en la que estamos inmersos no puede retrasarse más», ha declarado.

Para Marcos, ha llegado el momento de poner las palabras en práctica y que la UE encabece las negociaciones en Naciones Unidas para garantizar un Tratado sólido que regule las actividades en alta mar y que prime la protección en el 70% del planeta «que es tierra de nadie».

La ONG reclama a nivel internacional que se instaure un mecanismo global para establecer una red de santuarios oceánicos bien gestionados en los océanos globales, y permitir así a la comunidad internacional cumplir con el objetivo 30-30 de acuerdo con las recomendaciones científicas y los crecientes compromisos políticos.

Además, en su petición insta a que el Tratado Antártico «como Constitución de los océanos similar a los Acuerdos del Clima’, disponga de mecanismos «efectivos» de toma de decisiones que impidan que algunos países bloqueen o retrasen decisiones, como ha pasado con la creación de Áreas Marinas Protegidas en el Ártico o la Antártida.

Así, insiste en la necesidad de regular actividades como la pesca o la extracción de minerales, para gestionar las múltiples presiones a la que se enfrentan las aguas internacionales.

En cuanto a España, Greenpeace pide que siga liderando la protección íntegra de las aguas internacionales y que exija la regulación total de las actividades más perjudiciales, como la pesca industrial de alta mar o la minería submarina.