La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha recuperado este viernes la idea de que en la mesa de diálogo haya un mediador, una cuestión que Junts siempre ha defendido, y ha recordado que así se aprobó en el Parlament la legislatura pasada.
«La mesa de diálogo debería tener un mediador, lo aprobó el Parlament. Cuando no se quiere poner según que temas en la agenda, aceptar la representación, no hay mediador, se quiere que haya opacidad sobre lo que debe ser y no se quiere a la parte incómoda de la mesa, poca voluntad de resolver el conflicto político hay», ha sostenido en una entrevista en TV3.
Según Borràs, la posición de Junts sobre la mesa de diálogo es unánime, y cree que para que pueda tener resultados y ser «algo diferente debe poder estar todo el mundo, todos los que quieran asistir, y sobre todo debe poderse negociar, no hablar, no debatir y no dialogar, sobre lo que se debe negociar».
Después de que la justicia italiana dejara en libertad al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, Borràs ha advertido de que «cada vez más, la credibilidad del Estado es más baja en Europa«, y ha cuestionado que el líder de Junts y eurodiputado pueda viajar a diferentes países de Europa sin temor a ser detenido salvo en España.
Sobre que la Fundación Villacisneros entregue al juez del Tribunal Supremo (TS), Pablo Llarena, su premio anual por considerar que trabaja en defensa del Estado de derecho, Borràs ha apuntado: «Ya le pueden dar premios, seguro que en Europa no se los darán.
BALANCE
También ha hecho balance de su Presidencia al frente del Parlament, y ha lamentado que desde que asumió el cargo ya haya habido «querellas por parte de Vox, Cs, denuncias al Tribunal Supremo, a la Junta Electoral Central, seis intentos de reprobación y ahora el Tribunal Constitucional».
«Uno de los escenarios donde se libra una batalla, que debería ser política pero que es judicial, es el Parlament», ha lamentado Borràs, que cree que el denominado ‘oasis catalán’ ha quedado desterrado de Cataluña y que ahora, en su opinión, hay un intento de politizar cualquier tema y de que tenga consecuencias jurídicas.
Para la presidenta del Parlament, esta situación no es normal, y por ello ha apelado a intentar trabajar «como si no existiera esta represión, y en una circunstancia de normalidad que no existe».
«No puedes ser que se hable de concordia, y por la otra te lleven al Constitucional. Una cosa no es compatible con la otra», ha sostenido Borràs, que ve un componente de persecución –ha dicho literalmente– para que no se debata de según qué temas en el Parlament.
Al preguntársele si representa a todos los grupos por igual, ha defendido que se comporta «con imparcialidad» y que trata a todos los diputados por igual, ha dicho.