El presidente de Aena, Maurici Lucena, ha advertido este sábado de que la polémica sobre la ampliación del Aeropuerto de El Prat «sólo es el aperitivo» de un debate general, que durará lustros, sobre el dilema entre progreso económico y protección medioambiental.
Lucena ha compartido uno de los debates de la Escola de Tardor del PSC con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez; el presidente de Renfe, Isaías Táboas; el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y la alcaldesa de Badia del Vallès y presidenta de Desarrollo Económico de la Diputación de Barcelona, Eva Menor.
«Éste el gran desafío de nuestro tiempo: cómo resolvemos el aparente dilema entre progreso económico y protección medioambiental», ha dicho.
Ha cifrado en más de 11 millones el número de personas con problemas económicos en España y, por eso mismo, ha advertido de que la transición ecológica debe gestionarse con mucho cuidado o tendrá importantes costes «que deberán absorber las personas y también las empresas».
También ha avisado de que, si no se compagina progreso económico y protección medioambiental, habrá «fenómenos de un gran daño y que tendrán consecuencias políticas», aunque considera que los partidos socialdemócratas sabrán compaginarlo.
«COQUETEO DE EXTREMA IZQUIERDA»
Además, ha mostrado su preocupación por «el coqueteo que se percibe en posiciones ideológicas de extrema izquierda, velada o explícitamente, con las tesis de decrecimiento económico».
Y ha pedido que la izquierda se esfuerce en superar la sensación «profundamente injusta» que ve reflejada en las encuestas de que los partidos de derecha o centro pueden gestionar mejor la economía.
Lucena ha explicado que en 2050 habrá que alcanzar las emisiones cero, y que, si algunas tecnologías no pueden alcanzar ese nivel para entonces, «habrá que tener otras que capturen las emisiones» de aquéllas.
En el caso de los aeropuertos de Aena, deben tener cero emisiones antes de 2040, y su presidente ha destacado que los aviones deben evolucionar tecnológicamente en el mismo sentido que los aeropuertos.
ISAÍAS TÁBOAS
Isaías Táboas ha explicado que la recuperación de la actual crisis económica debe también «disminuir el grado de incertidumbre, porque provoca una reacción de miedo y un descenso del consumo y de la actividad.
El presidente de Renfe constata que se va recuperando la demanda de sus servicios, pero le sorprende que no se recupere tanto la demanda de Cercanías, por lo que detecta «un traspaso del transporte público al de la carretera»; por eso ve necesario impulsar políticas para que la gente vuelva al transporte público.
Sobre la digitalización ferroviaria, ha dicho que servirá en gran parte para mejorar el servicio al cliente –por ejemplo, optimizando el pago–; para mejorar la comunicación con el pasajero –en buena parte, informándole directamente de posibles problemas–, y para que un solo movimiento en una app sirva para alquilar un vehículo que lleve al viajero a la estación de tren y también para comprar el billete.
Según él, todo eso debe favorecer al transporte público frente al privado de cara al futuro, y ha defendido a la vez el pago por uso en la red viaria: no solo para el mantenimiento de la red, sino porque «si no existe este pago, la gente tiene tendencia a utilizar el vehículo privado en vez del vehículo público».
«No podemos mirar las infraestructuras y la movilidad independientemente», lo cual requiere coordinación entre empresas y administraciones implicadas en la movilidad.
JAUME COLLBONI
Jaume Collboni ha dicho que hoy ya se está viendo una primera fase de recuperación de la crisis y que hay que encarar la segunda: inclusión social –lo que implica digitalización–, sostenibilidad, y diversificar la economía, un factor que ha defendido impulsar desde las administraciones públicas.
El primer teniente de alcalde ha destacado que el Ayuntamiento de Barcelona está trabajando en esa dirección, buscando talento, promocionando la economía y atrayendo empresas.
Ya a largo plazo, ha pedido un debate para consensuar un modelo de desarrollo, que ha definido como «el modelo de prosperidad» al que se aspira, y en este punto ha citado la ampliación del Aeropuerto de Barcelona, alegando que sirve para crecer.
Respecto a la transición ecológica y digital, ha dicho que hace falta tener un modelo, liderazgo y dinero, y ha añadido que el Ayuntamiento de Barcelona tiene en marcha varios ejemplos, como la app Es Mou (con alternativas al vehículo privado, y con 450.000 usuarios en esta iniciativa de la empresa municipal BSM).
Ha citado también como ejemplos los 600 puntos de recarga públicos en Barcelona, con el objetivo de llegar a 3.200 (si contribuyen a eso los fondos europeos); acuerdos con grandes operadoras para un 5G equilibrado territorialmente en la ciudad, y un fondo público-privado para techos solares en edificios.