La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ha detectado a entre 50 y 60 autores represaliados por el franquismo en Madrid, Valencia y Barcelona, a través de una investigación del archivo entre 1931 y 1945, que está aún en una primera fase de desarrollo.
Así lo ha dado a conocer este viernes el presidente de la entidad, Antonio Onetti, que ha recalcado que este trabajo tiene que conducir a «poner negro sobre blanco» sobre lo que sucedió a estos artistas y la propia SGAE en ese periodo.
Se trata, según ha explicado, de una «tarea complicada» que hasta el momento se ha desarrollado con recursos propios. No obstante, ha avanzado que «habrá que pensar en tener algún tipo de dotación en la fase de investigación externa».
«Nosotros somos un elemento de conservación y de preservación no solo de la obra, sino de la historia de los propios autores –ha añadido Onetti–. Yo creo que si moralmente es necesario hacer cualquier tipo de reparación a esos autores porque sufrieron esa represalia injustamente durante el franquismo, como se han hecho en otros sectores de la sociedad española, lo haremos, por supuesto».
Para ello, necesitan saber cuántos y quiénes y lo que realmente pasó. Onetti ha recordado que en la etapa histórica que comprende el estudio se llegó a tener dos SGAE, una en el bando republicano, con sede en Madrid, y otra en el bando sublevado.
En este sentido, ha recordado el proceso de depuración llevado a cabo por un tribunal falangista y, aunque no ha facilitado más nombres, sí se ha referido a Pablo Sorozábal, al que «acusaban de cosas tan absurdas como haber ido en representación de la República con una banda de música a París». «Eso ya era suficiente, a juicio de las autoridades del momento, como para que este señor no pudiera tener un cargo en una entidad, eso es relativamente sorprendente», ha afirmado.
Por su parte, la coordinadora del Centro de Documentación, Archivo y Patrimonio (CEDOA) de la SGAE, María Luz González Peña, ha desvelado que, además de la censura ejercida por el franquismo, revisando la prensa, en la época de la Guerra Civil, los propios sindicatos CNT y UGT, censuran obras.
De este modo, ha informado que se consideraban «antirevolucionarias» películas como ‘Historia de dos ciudades’, basada en la obra de Charles Dickens o ‘La pimpinela escarlata’, con el guión de Emma Orczy.
«Las cosas fueron parecidas en un bando y en otro, lo que pasa es que después duró mucho», ha asegurado. Sin embargo, Onetti ha matizado que «no son equivalentes».