La UE tratará la deriva democrática en Nicaragua, Bielorrusia y Túnez

La Unión Europea tratará este lunes la deriva democrática en Nicaragua, Bielorrusia y Túnez, en su reunión de ministros de Exteriores en Luxemburgo, así como el conflicto en Etiopía, todas ellas crisis en las que el bloque busca aunar posiciones y mandar un mensaje fuerte para promover una salida democrática.

Ante las elecciones generales del 7 de noviembre en Nicaragua, en las que el régimen de Daniel Ortega ha apartado a las principales voces opositoras, la UE se prepara para no reconocer los comicios que «no serán justos ni democráticos», según ha avanzado un alto cargo de la UE. «Lo más probable es que haya un rechazo a reconocer los resultados porque no representan la voluntad del pueblo nicaragüense», ha dicho de cara a la reunión de los ministros de Exteriores del bloque.

La situación en Bielorrusia se discutirá en el margen del debate sobre el futuro de la asociación oriental, que engloba a Moldavia, Georgia, Ucrania, Azerbaiyán y Armenia. Los Veintisiete ya prepara una nueva tanda de sanciones contra Minsk y se esperan nuevos mensajes contra el uso de los migrantes como arma contra la UE.

En todo caso, el bloque europeo busca conjugar esto con dar un impulso a la relación con el este de Europa. Todo de cara a la cumbre que celebrará en diciembre en Bruselas con el grupo, sin Bielorrusia. Con el foco puesto en mejorar la gobernanza y las reformas europeas, la lógica de la UE es cooperar más a medida que haya progresos en la región, aunque fuentes diplomáticas admiten que con este grupo de países se corre el riesgo de que acabe siendo un «menos por menos».

En Túnez preocupa la maniobra del presidente, Kais Saied, que mantiene el Parlamento suspendido y acapara todos los poderes desde el pasado julio. Tras nominar un nuevo Ejecutivo, el bloque debatirá cómo hacer que Saied fomente la vuelta a la democracia en un breve espacio de tiempo y preserve la relación con la UE. Fuentes diplomáticas señalan que el bloque debe endurecer el tono frente a una crisis en la que ha mantenido un perfil bajo.

En la agenda de los ministros también está la crisis en Etiopía, un conflicto que se prolonga desde hace casi un año, cuando el Ejército de Adis Abeba inició una campaña militar en la región de Tigray. La UE quiere aunar posiciones para buscar influir en el fin de la crisis, sin excluir la adopción de sanciones contra los responsables de la situación, que incluye violaciones de Derechos Humanos y una hambruna generalizada en el norte del país.

Aparte, la región del Golfo será objeto de un debate de tipo estratégico ante el interés de la UE de reforzar las relaciones con una zona que durante la pandemia se vio algo relegada en las prioridades europeas. La idea es promover la estabilidad en la región y discutir el estado del diálogo sobre el acuerdo nuclear, en el que la UE quiere atraer a Irán al total cumplimiento y a Estados Unidos al acuerdo, del que se salió de forma unilateral Donald Trump en 2016.