Carrère se declara sorprendido de los ejemplos de «solidaridad» que se dieron en el Bataclan

El escritor francés Emmanuel Carrère (París, 1957) ha dedicado este viernes buena parte de su discurso en la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias para reflexionar sobre la experiencia que está viviendo al seguir el juicio por los atentados cometidos en París el 13 de noviembre de 2015 en las terrazas y en la sala de conciertos del teatro Bataclan. Los atentados causaron 131 muertos.

Antes de recoger el galardón del Premio Princesa de Asturias de las Letras, Carrère ha intervenido en el Teatro Campoamor de Oviedo para explicar a los presentes que se ha visto sorprendido por los testimonios de los supervivientes, que suponen ejemplos «de ayuda mutua, de solidaridad» y «gestos a menudo heróicos».

Carrère ha reconocido que seguir un juicio de esas características supone una de las experiencias más adictivas que existen. «Día tras día chapoteamos en la sangre, las heridas físicas y morales, las muertes atroces y las vidas truncadas», ha señalado.

En medio de ese «baño de horror», Carrère sin embargo ha descubierto que no ha visto historias de un sálvese quien pueda generalizado o de cobardía, sino que está asistiendo a «extraordinarios ejemplos de humanidad» con unos supervivientes que han podido verse heridos en su cuerpo, pero que «en su alma se mantienen en pie».

En esos testimonios de los supervivientes, ha añadido, muchos se han reprochado haber pisoteado a otros mientras trataban de huir, pero ninguno de los pisoteados se lo reprocha a otro. «Todos procuraron proteger al hombre o a la mujer amada, pero algunos hicieron algo más: arriesgar la vida para proteger a desconocidos», ha celebrado Carrère.

Los atentados de noviembre de 2015 fueron los más letales perpetrados nunca en suelo francés y los asesinos fueron abatidos o ellos mismos se quitaron la vida. «Los catorce canallas que se encuentran en el banquillo de los acusados» son «comparsas» o «protagonistas secundarios», algo que «invalida» para el escritor francés la comparación que se hace a menudo con los juicios de Nuremberg, donde se juzgaron a muy altos mandatarios nazis.

«Majestad, Altezas, queridos amigos, por grande que sea el honor de estar aquí esta noche, una parte de mí permanece de alguna manera en ese tribunal», ha confesado a los presentes en una ceremonia presidida por los Reyes de España y por la Princesa de Asturias y la Infanta Doña Sofía.