El primer ministro de Portugal, António Costa, ha rehusado valorar este jueves el escenario político que se abre tras el rechazo parlamentario a los presupuestos de 2022 y, bajo el argumento de que no habla de cuestiones internas cuando está fuera del país, ha dicho que esperará al futuro pronunciamiento del presidente, Marcelo Rebelo de Sousa.
Costa ha comparecido junto a su homólogo español, Pedro Sánchez, al término de la XXXII Cumbre Hispano-Portuguesa que se celebra en Trujillo, su primer acto desde que la Asamblea de la República lusa dijese ‘no’ a su propuesta presupuestaria y abocase a Portugal a un previsible adelanto electoral.
«No tengo costumbre de hablar de política interna cuando estoy en el extranjero», ha alegado el mandatario portugués a preguntas de los periodistas, a pesar de que ha dicho sentirse «como en casa» en Trujillo. «La política nacional se discute en Portugal», ha apostillado en otro momento de la comparecencia.
Costa se ha limitado a apuntar que los acontecimientos se irán desarrollando «de forma serena y tranquila» y ha añadido que, en cualquier caso, quien «puede y debe» tomar decisiones en relación al futuro político de Portugal es Rebelo de Sousa, que tiene entre sus competencias la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones.
El primer ministro ha dicho que actuará «en función de la decisión» del presidente, con quien ha asegurado que mantiene un relación «cordial». Antes de que el Parlamento tumbase los presupuestos para el próximo ejercicio, Costa se había comprometido públicamente a no dimitir y a encabezar al Partido Socialista (PS) en los próximos comicios.
BUENA SINTONÍA POLÍTICA
Sánchez tampoco ha valorado expresamente la crisis política lusa, aunque sí ha señalado que, a su juicio, «Portugal es un ejemplo de estabilidad». También ha querido reivindicar el papel de Costa, tanto en las relaciones bilaterales como en el seno de la Unión Europea: «Hay pocos presidentes de Gobierno con las capacidades y habilidades que tiene el primer ministro portugués».
Costa le ha devuelto el gesto definiendo a Sánchez como «la voz más fuerte de la Europa progresista. Asimismo, ha aplaudido que ahora en la UE haya «un nuevo consenso» que pasa también por incluir los progresos sociales como eje prioritario en las políticas.