Ferraz cesó a Mariano Moreno como gerente del PSOE por ‘abrazar’ el feminismo de Montero

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, parece haber hecho suyas las consideraciones de su exvicepresidenta Carmen Calvo y quiere erradicar del partido a todo aquel que abrace ese feminismo que promulga el Ministerio de Igualdad de Irene Montero. Una de las últimas víctimas de esta pequeña caza de brujas que ha iniciado el PSOE en su propio partido ha sido el ya exgerente de la formación Mariano Moreno. Tal y como cuentan fuentes del partido, Moreno no se mantuvo al margen de los choques que protagonizaron Montero y Calvo en materia de feminismo. Y el hecho de que abrazara el «todos, todas, todes» de Montero le puso en el punto de mira. Esta purga que ha iniciado Sánchez en junio con la remodelación del Gobierno va más allá del feminismo de Montero, pues busca recentralizar al PSOE en posiciones más moderadas.

Mariano Moreno, gerente del PSOE hasta hace una semana, es una víctima más dentro de esta pequeña batalla que esconde un giro ideológico por parte de la formación. El proceso de recentralización que Sánchez busca desde verano no se ha consumado ni mucho menos, pero sí que ha conseguido al menos aislar a quienes podrían haber sido contrapesos a la hora de cambiar el rumbo del velero socialista. El exministro de Transportes José Luis Ábalos, la propia exvicepresidenta del Gobierno primera Carmen Calvo o el exdirector de gabinete de Presidencia del Gobierno Iván Redondo han sido víctimas del rifle político de Sánchez por ostentar poder dentro del partido o del Gobierno. Pero hay quien ha caído por haberse convertido en vectores de conflicto que amenazaban con generar pequeños cismas en el partido al abrazar sectores como el del feminismo más radical que representa Irene Montero. Como es el caso de Moreno.

No es el primero. Hay muchos socialistas activistas LGTBI que también se han sentido «traicionados» por el tibio feminismo que ha representado el partido. Ha sido el mensaje lanzado desde el Ministerio de Igualdad el que ha calado en un importante sector del PSOE y el que ha impulsado a Sánchez a sacar del partido a personalidades como Mariano Moreno, gerente socialista y reconocido activista por los derechos LGTBI. No le ha echado por falta de confianza personal, dado que no la tenía. Le ha echado simplemente porque Moreno se podría haber convertido en un vector de conflicto, pues abiertamente abrazaba un mensaje que se enfrentaba con el de Calvo y otros muchos socialistas.

en este caso está disparando a quienes pueden ser pequeños obstáculos para la recentralización del PSOE

Que la exvicepresidenta le dijera al presidente del Gobierno en el congreso socialista de Valencia que no abrazara la «falsa modernidad» en referencia al feminismo de Montero era porque se sentía con la suficiente confianza como para saber que el presidente del Gobierno no la pondría en su famoso punto de mira. El rifle político de Sánchez dispara a todo aquel que destaque o que amenace su posición. Pero en este caso está disparando a quienes pueden ser pequeños obstáculos para la recentralización del PSOE. Y un activista por los derechos LGTBI que se ha dejado seducir por los mensajes de Igualdad no es precisamente alguien que vaya a mantenerse en silencio en un proceso de moderación que previsiblemente abrazará también el discurso de Carmen Calvo en materia de feminismo.

Mariano Moreno es un hombre de confianza de Adriana Lastra, vicesecretaria general del partido y alguien a quien Sánchez quiere aislar dado que representa precisamente al ala izquierda del PSOE. El resumen es que, dentro de este proceso de recentralización, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, busca desestructurar y cortar las conexiones del ala más progresista del partido para evitar una resistencia organizada. Mariano Moreno representaba una amenaza por dos razones: había abrazado abiertamente el discurso del Ministerio de Igualdad y era uno de los engranajes claves del ala izquierda de la formación representada, entre otros muchos, por Adriana Lastra.