El Papa ha constatado «amargamente» que los objetivos del clima para evitar que la temperatura del planeta suba más de 1,5 y de 2 grados a finales de siglo están «lejos» de ser cumplidos por lo que ha pedido a los líderes reunidos en Glasgow (Reino Unido) que actúen con «urgencia», «valentía» y «responsabilidad».
«No podemos esperar más tiempo. Son demasiados ya los rostros humanos que sufren por esta crisis climática», ha señalado el Papa por boca del Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, que encabeza la delegación del Vaticano presente en la cumbre del clima de Glasgow COP26. En un principio ,estaba previsto que el Pontífice participase, pero finalmente no lo hará. De hecho en el mensaje leído por Parolin el Papa se ha disculpado por no haber viajado a Glasgow al señalar que «no ha sido posible».
Como ya ha hecho otras veces, el Papa ha instado a los países más desarrollados, ricos e industrializados a pagar la «deuda ecológica» que han ido contrayendo con los países en vías de desarrollo que además son aquellos que más sufren las consecuencias del cambio climático. El objetivo es que puedan «pagarla» en forma de subsidios que sufraguen los costes relativos a la implementación de un modelo económico competitivo y sostenible en sus territorios.
«Es necesario que los países desarrollados contribuyan a la solución de la deuda [ecológica] limitando significativamente el consumo de energía no renovable y aportando recursos a los países más necesitados para promover políticas y programas de desarrollo sostenible», ha manifestado.
Una de las decisiones que volvieron a tomar los líderes de los países del G20 reunidos en Roma fue la creación de un fondo fiduciario en el FMI para ayudar a los países más vulnerables y se comprometieron a movilizar 100.000 millones de dólares al año de aquí al 2025. Este fondo, ya comprometido anteriormente, no ha alcanzado en ningún año el compromiso de los 100.000 millones de dólares.
«Todos somos conscientes de la importante tarea de mostrar a toda la comunidad internacional si realmente existe la voluntad política para destinar con honestidad, responsabilidad y valentía más recursos humanos, financieros y tecnológicos para mitigar los efectos negativos del cambio climático así como para ayudar a las poblaciones más pobres y vulnerables, que son las que más lo padecen», ha asegurado el Pontífice.
En el discurso ante la Cumbre a la que han asistido cerca de 120 líderes mundiales, leído por el cardenal Parolin, el Papa ha destacado que la crisis del clima, además de sus impactos «cada vez más frecuentes e intensos» en la vida diaria de muchas personas, especialmente las poblaciones más vulnerables, ha degenerado en «una crisis de los derechos de la infancia» y ha manifestado que en «poco tiempo los inmigrantes climáticos serán más numerosos que los migran a causa de los conflictos».
«Lamentablemente, debemos señalar con amargura lo lejos que estamos de lograr los objetivos deseados para combatir el cambio climático. Hay que decirlo honestamente: ¡no podemos permitírnoslo!», ha exclamado.
Francisco también se ha hecho eco de las reclamaciones de los jóvenes que en todo el mundo llevan meses manifestándose cada viernes por el clima: «Nos han estado pidiendo con insistencia que actuemos, no tendrán un planeta diferente al que les dejamos si no tomamos medidas concretas» desde hoy. Este es el momento de las decisiones que les den motivos para confiar en el futuro», ha sentenciado.