Ser investido gracias al PSOE: el sueño de Casado que desespera a Vox

El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, no quiere gobernar con Vox. Puede parecer evidente a simple vista el hecho de que el líder popular quiere llegar a la Moncloa sin el apoyo del partido ultra, pero los números no le favorecen. Mientras que todos en el PP dan absolutamente por hecho que Casado se entenderá con Santiago Abascal si suman mayoría, lo cierto es que hay una corriente en la formación conservadora que apuesta por una abstención del PSOE para facilitar un Gobierno en solitario del PP. Estos populares creen firmemente que los socialistas verían con buenos ojos abstenerse en la investidura siempre que Casado excluya del todo a un presidente de Vox con ansias de tocar moqueta. Incluso desde el partido de extrema derecha no descartan que Casado tenga intención de fomentar el bipartidismo.

Vox sospecha que el PP quiere encarrilar las relaciones con el PSOE. Para sostener su argumento, el partido de extrema derecha asegura que el acuerdo entre los dos grandes partidos para renovar todas las altas instituciones (el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo y la Agencia de Protección de Datos) a excepción del Consejo General del Poder Judicial es un indicativo de que PP y PSOE ya han iniciado sus conversaciones pertinentes para engrasar sus relaciones de cara al resultado de las próximas elecciones generales. Y desde el PP no descartan que una de sus estrategias postelectorales pasen por convencer a los socialistas de que les apoyen sin reservas.

Desde Vox llevan tiempo anunciando a bombo y platillo que sospechan que Pablo Casado prefiere una abstención socialista que un apoyo directo de Vox a cambio de concesiones y ministerios. La relación poco engrasada entre Abascal y Casado y los puñales que se lanzan a la primera ocasión hace temer a ambos líderes que no vaya a ser fácil alcanzar un acuerdo como sí lo ha sido en la Comunidad de Madrid con Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio. A nivel nacional, la estrategia del PP es gobernar en solitario para evitar que Abascal tire de él hacia políticas más impopulares cargadas de liberalismo extremo (como acabar con el sistema de pensiones tal y como lo concemos) o establecer una política migratoria agresiva que lleve a conflictos internacionales con países como Marruecos o Argelia.

sería una buena noticia que el PSOE anunciara un apoyo implícito para que los populares gobernaran en solitari

En el PP aseguran que si Casado dependiera para gobernar de Abascal, sería una buena noticia que el PSOE anunciara un apoyo implícito para que los populares gobernaran en solitario sin la necesidad de la presencia de Vox en el Ejecutivo. Sin embargo, esto tendría que ser prorrogable a los Presupuestos Generales del Estado para dar oxígeno a un Gobierno dependiente sin apoyos en firme detrás. Sea como sea, lo cierto es que en el PP ven con buenos ojos una abstención socialista a la par que en Ferraz prefieren no responder a esa pregunta aludiendo a que Sánchez volverá a ganar las elecciones y la Moncloa dado que tiene mucha más capacidad para llegar a acuerdos con terceras fuerzas políticas que Casado. 

Desde Vox aspiran a ser muleta de Casado. Pero dentro de esa consideración interna de que el presidente del PP no tiene capacidad de liderazgo ninguna, creen que, si entran al Gobierno, podrán protagonizar políticas afines al partido que traiga buenas expectativas electorales para Abascal. Pero lo cierto es que la mala relación entre Casado y Abascal (mala o nula) hace dudar a muchos de si es posible un acuerdo de Gobierno que lleve al presidente de Vox a tocar moqueta y a dos o tres dirigentes del partido a sentarse en cargos importantes.

La idea del PP es gobernar en solitario. Por supuesto, la línea oficial asegura que Casado juega a ganar las elecciones, pero en el partido no tienen nada claro que eso sea posible. Dentro de gobernar con una abstención del PSOE o con el apoyo de Vox, ahí los sentimientos se dividen en Génova. Algunos, los afines al proyecto de Isabel Díaz Ayuso, quieren echarse en manos de Abascal para hacer políticas liberales sin complejos. Otros, los moderados, entre los que se incluyen Juan Manuel Moreno Bonilla o incluso el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, ven con mejores ojos una abstención socialista. El miedo de esta posibilidad reside en los Presupuestos. Si necesitan al PSOE para la investidura, también para unos Presupuestos. Y si no salen, caerían.

La vuelta al bipartidismo es un sueño tanto del PSOE como del PP y desde Vox llevan tiempo advirtiendo que los pactos de Estado llegarán cuando Pedro Sánchez y Pablo Casado den el relevo generacional como líderes de los dos grandes. La capacidad para llegar a acuerdos de Estado en un momento de bonanza económica podría facilitar la gobernabilidad del país, muy tocada desde la irrupción de pequeños partidos en el Congreso que han partido a los populares y a los socialistas. Si se consiguen grandes acuerdos en materia de Presupuestos y de investidura, se conseguiría excluir la influencia de los extremos. Y esto es algo que gusta en ambas formaciones mayoritarias.

Las fuentes del PP indican que es una posibilidad que sí contempla Casado, la de ser apoyado por una abstención del PSOE. Y desde el partido progresista más de lo mismo. Les gustaría contar con la alternativa de una abstención popular que evite dar concesiones a tres partidos para poder seguir adelante en la legislatura. De momento, quienes advierten de que los acercamientos llegan al punto caliente son los de Abascal. Pero lo que sí es completamente cierto es que desde el PP no ven con malos ojos contar con una abstención socialista para gobernar en solitario.