El «no» de Yolanda Díaz a la indemnización por despido de 45 días abre una crisis en Podemos

Podemos se ha sometido a Nadia Calviño. La vicepresidenta Económica del Gobierno ha conseguido que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, trague con los puntos más sensibles que en un principio traería la derogación de la reforma laboral. No habrá tal derogación, solo cambios algo superficiales. Y el punto que más a irritado a nivel interno en la formación morada es el hecho de que Yolanda Díaz no haya presionado para cambiar la indemnización por despido improcedente. Antes de la reforma laboral eran 45 días por año trabajado y ahora son 33. Pues bien, Yolanda no quiere ni oír hablar de este punto que sí exigen otros partidos minoritarios en el Congreso porque el PSOE se ha plantado. No quieren crujir al empresario y sobretodo no quieren que el mercado laboral pierda agilidad. Y en este contexto, Yolanda ha decidido tragar mientras vende a los suyos que la derogación de la reforma sigue adelante.

Este punto era clave para muchos integrantes de los sindicatos. La idea de mejorar las condiciones de los trabajadores que tenían desde UGT, CCOO y sobretodo desde dentro de Unidas Podemos pasaba por mejorar los sueldos y sobretodo asegurar los puestos de trabajo. Se habla mucho del tipo de contrato y de otras cuestiones, pero no de indemnizaciones por despido improcedente. Yolanda ha cedido en este punto y no ha dado guerra, algo que ha irritado a nivel interno a muchos dirigentes de Podemos porque entienden que han perdido el nicho en el que deberían haber estado. Podemos ya traga incluso con fórmulas léxicas que excluyen la palabra «derogación» sobretodo para no enfrentarse con una Europa que controla la llave del dinero que espera Sánchez para hacer su campaña electoral.

Es tal el sometimiento de Yolanda Díaz que ni siquiera el artículo 56, ni la disposición transitoria undécima del Estatuto de los Trabajadores, aparece en el último borrador del Gobierno.

Díaz ha aceptado que no se hable de lo caro que pueda salir el despido. No le preocupa porque sabe que es un punto importante para el PSOE y sobretodo para la recepción del dinero europeo. Pero la postura de Díaz, «endiosada», según cuentan fuentes de Podemos, no ha gustado a muchos dirigentes de la formación morada que entienden que ellos siempre deben permanecer al lado de los más débiles. Todo lo que sea mejorar los derechos de los trabajadores es bien recibido desde Podemos y Díaz esta vez no lo ha hecho. Su leyenda se deshincha tras el choque con Calviño. Y ha quedado claro para el partido que es la vicepresidenta Económica es quien tiene la sartén por el mango.

Díaz tenía intención de derogar la reforma laboral pero algo ha cambiado

Díaz tenía intención de derogar la reforma laboral pero algo ha cambiado. Desde Podemos no tienen del todo claro qué es lo que ha hecho que Díaz haya rebajado su beligerancia de una forma tan notable hasta el punto de que ha tragado con uno de los puntos más controvertidos de la reforma laboral. Aún así, desde la formación morada mantienen la esperanza de que haya cambio de última hora dado el secretismo que envuelve esta presunta derogación total de la reforma laboral. Algunos incluso tienen esperanza de que en los próximos borradores sí se haga referencia a la indemnización por despido improcedente, pero no queda mucho tiempo y la buena sintonía con el PSOE no tranquiliza los ánimos en Podemos.

Las negociaciones entre Unidas Podemos y el PSOE se mantienen en paralelo a las llevadas con otros socios del Gobierno. ERC, PNV y EH Bildu no son conscientes del todo de lo que traman quienes ostentan cargos en el Ejecutivo. El secretismo es tal que incluso no se saben nuevas noticias relacionadas con la derogación de la reforma laboral dentro de la propia formación morada. El PSOE quiere controlar la derogación que Pedro Sánchez anunció que haría porque necesita moderarla para no enfadar a Europa. Y Podemos considera que ahí está parte de su propia integridad y de su capacidad para relanzarse en las encuestas, de ahí el malestar porque Díaz haya renunciado a la indemnización por despido, al menos de momento.

ERC y EH Bildu, sin embargo, algo se huelen y ya han exigido al Gobierno que se vuelva a los 45 días por año trabajado. Sin ellos, esta reforma laboral no saldría adelante y parece que estas dos formaciones se han plantado. Si la derogación no es completa, la coalición de Gobierno corre el riesgo de no contar con los apoyos necesarios para sacarla adelante. Y si lo hacen, puede que los fondos europeos corran riesgo dado que podría considerarse que el país ha perdido capacidad competitiva y, por tanto, capacidad para cumplir el objetivo de déficit en un futuro.

Sea como sea, parece que de momento se sigue en fase de borradores y que hasta final de año no se verá del todo claro por dónde irán los tiros de la nueva reforma laboral. Desde Podemos quieren simplemente volver a la antigua e incluso mejorar las condiciones de la misma. Pero desde el PSOE solo quieren retocar algunas cosas por razones electorales.