El hijo de Gerardo Rueda dice que no hay delito en la operación con el IVAM

José Luis Rueda, el hijo del escultor fallecido Gerardo Rueda, ha insistido en que no hay ningún delito en la operación de venta de obra de su padre con el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM): «No he cometido ningún delito porque digo claramente que son obras póstumas. No hay dolo, no he tenido intención de delinquir ni hay quebranto para las arcas de la Comunitat», ha aseverado. «No hay sobrevaloración de precios tampoco. No he hecho nada», ha apostillado.

Rueda se ha pronunciado así en su declaración en el juicio que se sigue contra él, la exdirectora del IVAM Consuelo Ciscar, y el ex director económico administrativo del museo Juan Carlos Lledó por la pieza 2 del caso IVAM, relativa a un presunto fraude en la adquisición de obras de Rueda. La pieza principal del procedimiento, centrada en presuntas irregularidades de Ciscar para promocionar la carrera artística de su hijo, Rafael Blasco, conocido como ‘Rablaci’, acabó en septiembre con una conformidad.

La trama de la pieza 2 gira en torno a un presunto fraude perpetrado por la entonces cúpula directiva del IVAM –dirigido entonces por Ciscar, mujer del exconseller de Solidaridad con el PP, Rafael Blasco, condenado por el caso Cooperación– mediante la compra, con cargo a los fondos públicos, de 58 reproducciones de obras de Gerardo Rueda.

Rueda, quien se enfrenta a una pena de cinco años por un delito continuado de malversación, tal y como le solicita provisionalmente la Fiscalía, ha continuado este lunes su declaración que se tuvo que interrumpir el jueves pasado a causa de una indisposición del letrado de Ciscar, Juan Molpeceres.

Así, la fiscal ha seguido hoy con el interrogatorio a Rueda y después le ha tocado el turno a las defensas. «Más legalidad imposible», ha repetido a lo largo de su declaración, algo tenso con el ministerio público, a quien le ha llegado a preguntar si estaba dudando de su padre. «No, no», ha respondido la fiscal.

Rueda ha afirmado que un heredero, como es su caso, «tiene la obligación de guardar y proteger la obra de su padre. Yo tengo el certificado de originalidad de las obras», ha aseverado. «Todas las esculturas son originales aunque mi padre, por ejemplo, no las hubiera fundido en vida. Que no es el caso», ha dicho. Y tenía derecho a reproducir las piezas. Su padre le dio instrucciones al respecto, ha manifestado.

En este punto ha vuelto a explicar que existen tres tipos de clasificaciones para las obras: la primera, la única, que es cuando solo existe una; la segunda, la original, la categoría en la que se pueden reproducir hasta 12 obras; y la tercera, la múltiple, a partir de 12.

Preguntado por si él y Ciscar urdieron un plan –tal y como mantiene Fiscalía– al margen de Presidencia y del consejo rector del IVAM para la compra de obras de Gerardo Rueda, ha indicado que «no» y ha recordado que para aprobar la operación se debía pasar por diferentes filtros.

Al respecto, ha nombrado la comisión de compras en la que, junto a Ciscar, estaban, entre otros, el ex director económico; luego el consejo rector y las personas encargadas del pago, además de una comisión externa. «Nadie puso ningún reparo», ha aseverado.

En este punto ha afirmado que duda de que se falsificara la firma de alguien para que saliera la operación: «A mí me falsifican una firma una sola vez y voy a comisaría en el minuto uno. ¿Esto es una broma? Siete años y no se denuncia. Ni tampoco hasta 2015, cuando casualmente hay un cambio de gobierno», ha lamentado.

«Esto es de risa», ha añadido, para después elogiar la labor que hizo Consuelo Ciscar en el IVAM: «Hizo un trabajo extraordinario con 513 exposiciones y no se cuántas cientos de esculturas y obras donadas», ha puesto como ejemplos.

«¿En algún momento se alzó la voz de alarma por no ser obra de Gerardo Rueda adecuada por tratarse de obra póstuma?», se ha preguntado, y ha respondido: «No, en ningún caso. Viajó a Oporto, a Cascais, Dalas o Madrid…», ha añadido. En este punto ha agregado, además, que con las obras de Rueda vendidas y donadas al IVAM se hicieron 22 exposiciones de 2005 a 2009.

Además, el acusado, a preguntas de Molpeceres, ha asegurado que existen numerosos ejemplos de obra póstuma de su padre vendida a otras entidades de carácter público o a museos y ha citado algunos ejemplos: Santa Coloma, José Antonio González, el director internacional del MOMA, etc.

Sobre la donación de obra que hizo al IVAM, ha manifestado: «No es normal que dones obras a un museo porque te quedas sin patrimonio. A mí cada donación es como si me arrancaran un brazo por lo que lucho, defiendo y protejo», ha lamentado.

Por otro lado, el acusado ha arremetido a lo largo del interrogatorio contra Vicent Todolí, exdirector de la Tate Modern de Londres; y el exdirectivo del IVAM y actual responsable de la Agencia Valenciana Antifraude, Joan Llinares. Sobre este último ha aseverado que es el fundador de la acusación particular del procedimiento.

«LA HE TENIDO QUE CANCELAR»

El acusado ha afirmado que para 2016 tenía un acuerdo con el objeto de llevar la obra de su padre a la plaza del Louvre de París y ha lamentado que lo tuvo que cancelar por lo ocurrido con el caso IVAM. «Esta exposición iba a estar en el segundo edificio más visitado del mundo y los señores me pagaban tres millones de euros por escultura. Y todo era así, con obra póstuma», ha aseverado.

Por otro lado, preguntado por quién efectuaba la valoración de las esculturas, el acusado ha indicado que su asesor fiscal en base al precio del mercado. Interpelado por la fiscal por este asunto, ha asegurado que no iba a contestar nada más al respecto: «La pregunta me parece ofensiva», le ha llegado a recriminar.

Por último, el acusado ha explicado que a su padre le estaban amenazando y él no lo sabía: «El día que muere, enterrándole, me robaron dos esculturas. En pleno entierro entraron a su casa de Cuenca», ha lamentado. «Han destrozado a mi padre, a mí y a la memoria de un genio. Y a eso no hay derecho», ha concluido el acusado.