Los obispos franceses venden propiedades para indemnizar a las víctimas de abusos

Los obispos franceses han decidido recurrir a la venta de bienes muebles e inmuebles de la Conferencia Episcopal Francesa y de las diócesis, así como a un préstamo, para pagar las indemnizaciones a las víctimas que han sufrido abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia.

Así lo ha anunciado el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Eric de Moulins-Beaufort, este lunes 8 de noviembre en una rueda de prensa, tras la reunión que los obispos han mantenido durante una semana en Lourdes.

Así, los obispos han acordado no utilizar el dinero proveniente de las donaciones de los católicos franceses para el fondo de compensación para las víctimas de abusos sexuales.

«Esta mañana, los obispos de Francia hemos decidido dotar este fondo, tanto como sea necesario, deshaciéndonos de los bienes muebles e inmuebles de la Conferencia de Obispos o de las diócesis. No utilizaremos las donaciones de los fieles. Todos los obispos han aceptado identificar en sus diócesis los bienes de los que se puedan deshacer. También hemos decidido, si hace falta, firmar un préstamo para cumplir con nuestras obligaciones», ha subrayado Eric de Moulins-Beaufort.

Asimismo, los prelados han acordado crear un organismo nacional independiente de reconocimiento y reparación, que examinará las denuncias de las víctimas de violencia sexual y estará encabezado por la jurista Marie Derain de Vaucresson.

Igualmente, los obispos franceses han pedido al Papa Francisco que les ayude. «Puesto que somos nombrados por él, le pedimos que venga en nuestra ayuda enviando a alguien de su confianza para que examine con nosotros el modo en que hemos tratado y tratamos a las víctimas y a sus agresores», ha indicado Eric de Moulins-Beaufort en su discurso final.

Estas decisiones han sido acordadas por los obispos franceses a raíz de los resultados del informe de la Comisión Independiente sobre Abuso Sexual en la Iglesia Francesa (Ciase), publicado el pasado 5 de octubre, el cual revela que 330.000 menores han sido víctimas de abusos por parte de sacerdotes, religiosos o laicos en la Iglesia francesa desde 1950.